Ernesto Valverde, que ha dirigido al Athletic Club en las cuatro últimas campañas, será el nuevo entrenador del Barcelona, según confirmó ayer el presidente de la entidad, Josep Maria Bartomeu.

Valverde, de 53 años, será el sustituto de Luis Enrique Martínez al frente del equipo barcelonista. Firmó por dos temporadas, con una tercera opcional y llega con el ayudante Jon Aspiazu y el preparador físico José Antonio Pozanco.

Bartomeu agradeció "la excelente aportación" de Luis Enrique Martínez en estos tres años. "Siempre tendrá las puertas abiertas en este club", comentó el presidente azulgrana.

Valverde inició su carrera como técnico asistente en el Athletic Club (2001-03), posteriormente entrenó al Bilbao Athlétic (2002-2003), al Athletic Club (2003-2005), Espanyol (2006-2008), Olympiacos (2008-2009), Vilarreal (2009-2010), Olympiacos (2010-2012), Valencia (2012-2013) y Athletic Club (2013-2017).

La del FC Barcelona por Ernesto Valverde supone la apuesta por la sencillez en el trato, la normalidad en el día a día y la ambición sobre el terreno de juego, tres virtudes que han adornado al técnico vasco a lo largo de su carrera, ya incluso cuando era jugador, y que han resultado claves en los últimos cuatro años de éxito continuado en el Athletic Club, al que ha llevado a Europa una temporada sí y otra también.

Esos cuatro cursos de su segunda etapa en el Athletic, hasta ahora el club de su vida, al que llegó ya hecho como futbolista y en el que se formó como entrenador, no han sido si no una continuidad en una trayectoria en los banquillos muy bien valorada allá por donde ha pasado. Además del Athletic, el Espanyol, Olympiacos, Villarreal y Valencia, a pesar de que en el equipo castellonense sufrió la única destitución de su carrera.

Esta segunda época de Valverde ha sido la mejor del Athletic desde la década de los 80 del Siglo XX, la de los títulos con Javier Clemente, precisamente quien le rebautizó como 'Txingurri (hormiga, en euskera), un apodo quizás no demasiado de su gusto.

Que Valverde, nacido en Viandar de la Vera (Cáceres; 09-02-1964) y criado en Vitoria, es un tipo sencillo, podría decirse que absolutamente normal, algo que cada vez escasea más en un mundo como el del fútbol fagocitado por los focos, lo deja claro que mantiene sus amistades y relaciones de cuando jugaba en el Sestao. Aquel 'River' que llegó a ser el decano de Segunda División y en el que compartió vestuario con, entre otros, Javier Irureta y José Luis Mendilibar.

Aunque con el que más confidencias se hizo probablemente fuera con Jon Aspiazu, amigo y ayudante durante todo su periplo como técnico.

Aspiazu, un medio centro organizador y creativo que llegó a jugar en Primera con el Dépor, es clave en el cuerpo técnico de Valverde. Como también José Antonio Pozanco 'Ros', preparador físico y exjugador que pasó por la Masía.

Aunque entregado a su profesión, Valverde no es un 'futbolero' al uso, sino alguien al que se le conocen aficiones, y no pocas, al margen del balón. Fotógrafo de vocación y muy aficionado a la música, incluso tocando algún instrumento, Valverde cuenta con amigos en el mundo del cine y la literatura y juega al ajedrez hasta el punto de atreverse a disertar sobre las similitudes entre el deporte-ciencia y el deporte rey.

Todo ello, no obstante, está poco adornado en un técnico sereno, sosegado, que no rebusca en el lenguaje y al que apenas se le recuerdan salidas de tono en las salas de prensa.

Si acaso, una esta temporada. Cuando dijo aquello de que "el partido ha sido cojonudo, muy cojonudo", cuando se le cuestionó el rendimiento de su equipo en un partido en el que levantó un temprano 0-1 ante en San Mamés ante el Sassuolo. Pero ese arranque fue excepcional en lo que ha sido una trayectoria sin mayores problemas en la relación con los medios. Un trato afable, aunque manteniendo las distancias.

En lo deportivo, Valverde también ha sido siempre claro bajo dos premisas: ritmo con el balón y amenaza constante a la portería rival.

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