El Coruxo cerró la temporada en una octava posición que, posiblemente, hubieran firmado al comienzo de temporada, pero que después de analizar cómo se desarrolló el campeonato, deja un regusto difícil de sacar.

Los vigueses no querían desaprovechar la última oportunidad de la temporada para despedirse de su afición con una victoria que sirviera como agradecimiento al apoyo prestado durante el campeonato. La tarea no era fácil, pues el Lealtad llegaba a O Vao con opciones, pocas, de clasificarse para la Copa del Rey. Sin embargo la dudas se disiparon al conocer los "onces" iniciales, cuando Roberto Aguirre presentó un equipo inicial con varios cambios.

El partido fue entretenido, con alternativas en el juego, y que se lo llevó el equipo que tuvo más fortuna en el área rival, pues el primer tanto del Coruxo llegó desde el punto de penalti, y el segundo lo marcaron los asturianos en propia puerta. Pero todo pudo ser diferente si el Lealtad hubiera aprovechado alguna de las ocasiones que tuvo en los primeros cuarenta y cinco minutos. Concretamente la de Valdo, en el minuto cuarenta, que después de driblar a Gerardo Rubio su disparo lo sacó en la misma línea de gol Pablo García.

Pero el fútbol es caprichoso, y a los cuatro minutos de la reanudación, Rubén saca un disparo de Muñiz en la misma línea de gol. El Coruxo monta una contra que finaliza con Jorge derribado en el área, y al colegiado señalando el punto de penalti. Fue un jarro de agua fría para los asturianos, que vieron cómo el Coruxo se ponía por delante en el marcador en el minuto cincuenta.

El tanto le hizo daño a los asturianos, eran incapaces de recuperar el balón en el centro del campo para organizar su juego ofensivo. Sáez refrescó el juego por las bandas con las entradas de Jorge, protagonista del penalti, y Hugo Sanmartín; mientras que Roberto Aguirre hacía lo propio con la entrada de Robert.

Sin embargo no tardaba en llegar el gol que, al final, sería el de la sentencia definitiva. Hugo organiza una contra por la banda derecha del ataque de los vigueses y trata de meter el balón en el segundo palo, pero en el medio aparece la pierna de Alberto, que lo mete en su propia portería.

Al final, alegría por sumar la última victoria de la temporada, pero tristeza por llegar al final de una nueva campaña en Segunda B.