Zinedine Zidane mantiene la cautela al asegurar que "todavía" no han ganado "nada" esta temporada, pero reconoció que a tres partidos del final de la Liga de Primera División y en la final de la Liga de Campeones, tienen "más posibilidades que nunca de doblete". Para consolidar esas aspiraciones, el Madrid necesita vencer hoy en el Santiago Bernabéu al Sevilla, que se ha desinflado en las últimas jornadas y no tiene asegurado el cuarto puesto.

Desde 1958, el Real Madrid no ha conquistado el doblete de grandes títulos con Liga y Copa de Europa. Zidane siente que están a un paso de lograrlo. "Nos faltan solo cuatro partidos, que son finales para intentar conseguir los dos títulos". El técnico pidió más que nunca a su plantilla que enfoquen partido a partido. "Pensamos únicamente en el Sevilla. Fuera se habla mucho, pero nosotros no queremos desviar nuestra mente".

En lo personal, sin confirmar que seguirá en el banquillo madridista pase lo que pase, admitió un crecimiento en su etapa como técnico. "Me siento mejor después de un año, es lógico, creo que solo el trabajo te puede mejorar en todo"

"Hago lo que me gusta y estoy mejor, cada día más a gusto. En detalle no puedo decir, voy mejorando en todo pero no significa nada. La única cosa que vale aquí es hacer todo lo posible para ganar", manifestó.

Entre sus éxitos, coincide con unas declaraciones de Juan Mata, en que es más importante su mano en el vestuario con estrellas que los aspectos tácticos de su equipo. "Más que los egos hablo de personas y es lo más bonito, manejar a este grupo de personas y hacerlo bien. Me gusta más que la táctica".

Su clave para que le vayan bien las cosas está en la forma en la que transmite a sus jugadores y la implicación de estos. "Trabajamos mucho, hay mucha preparación en todo lo que hacemos. Tengo un equipo de trabajo increíble que me aportan su saber hacer y eso se transmite con los jugadores que han absorbido estas ideas desde el principio. Se demuestra en el terreno de juego".

Mientras, el Sevilla acude al Bernabéu después de que en la pasada jornada, pese al empate en casa frente a la Real Sociedad, se le aclarara algo más el panorama para asegurarse la cuarta plaza y disputar este verano la previa a la fase de grupos de la Liga de Campeones. El punto sumado más las derrotas del Villarreal y el Athletic Club, dejan al equipo del argentino Jorge Sampaoli a un punto de hacer matemática esa clasificación.

Virtualmente pueden acceder a la tercera posición que ocupa el Atlético de Madrid, a cinco puntos de los sevillistas, pero esa pelea ya la tienen olvidada y más si para ello necesitan los seis puntos aún en juego y que los colchoneros no sumen ninguno.

Con el último partido de liga en la recámara, en el que el Sevilla recibe en el Sánchez Pizjuán al ya descendido Osasuna, los de Sampaoli saben que se miden a un rival lanzado y que ellos han perdido gas en la segunda vuelta y no parece el momento propicio para dar la sorpresa ante un Real Madrid, con el que ya se ha enfrentado en cuatro ocasiones desde el pasado verano -Supercopa de Europa, Liga y Copa del Rey-, partidos todos bastantes igualados.

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