El Deportivo falló una vez más esta temporada, en esta ocasión ante un rival que nada se jugaba, el Espanyol, y sus propios errores le condenan a alargar el sufrimiento y a demorar la consecución de la permanencia más barata.

La victoria le aseguraba la continuidad matemática en Primera División, el empate se la garantizaba salvo que se produjera un triple empate a 33 puntos con el Leganés y el Sporting, pero perdió víctima de una pifia de Alejandro Arribas que aprovechó Leo Baptistao, y de un contragolpe que materializó Gerard Moreno y de nada le sirvió reaccionar tras el descanso.

Un gol tempranero en el segundo tiempo le metió en el partido, pero encajó una nueva derrota y fue despedido con silbidos, gritos de jugadores mercenarios y también de "directiva, dimisión".

El equipo coruñés funcionó en el arranque del partido. Andone, a los ocho minutos, buscó la portería de Diego López con una rosca insuficiente y Ola John pecó de egoísta en un contragolpe posterior.

La tarde parecía hecha a medida para que el Deportivo sellara la permanencia de manera matemática, pero el infortunio que suele acompañar a los equipos se cebó con el único central natural de los locales, Arribas, que ya había tenido un resbalón a los dos minutos.

El jugador deportivista la pifió al intentar dar un pase justo antes de que se cumpliera el cuarto de hora. Se trastabilló, regaló el balón a Leo Baptistao y el brasileño resolvió perfecto el mano a mano con el argentino Germán Lux para anotar su quinto gol de la temporada, el primero que marcaba el Espanyol en Riazor desde 2009.

Al Deportivo le entraron los nervios por ver el marcador en contra y atacó a acelerones. Solo tenía criterio Çolak, que le complicó la vida a Diego López con un disparo desde la frontal del área.

La ansiedad podía con los coruñeses y los visitantes la percibieron. Con una contra de libro, Javi Fuego, Jurado y el argentino Piatti aprovecharon todas las vías de agua que les facilitó el Deportivo y Gerard Moreno colocó el esférico ajustado al poste derecho de Lux para establecer el segundo antes de la media hora.

La paciencia de Riazor se agotó, la afición silbó y el Deportivo tuvo un amago de reacción antes del descanso, aunque improductivo.

Mel dejó en la caseta al debutante Edu Expósito, modificó el sistema de juego para pasar al 4-2-3-1 habitual, y el Deportivo emergió con una acción personal de Ola John, que, tras cambiarse de botas en el descanso, se llevó a todos los rivales que le salieron al paso y asistió a Andone para que el rumano diera vida a los coruñeses a los dos minutos de la reanudación.

El gol cambió la decoración del partido y el estado anímico de los gallegos, pero de nuevo la mala suerte y Diego López se cruzaron en su camino: Arribas cabeceó al larguero (min.51) y Andone, a las manos del portero tras otro pase de Ola John (min.54).

El Deportivo encogió al Espanyol en su campo, merodeó el área, pero no acabó de encontrar la forma de meterle mano a los de Sánchez Flores, que resistieron el empuje, incluso cuando Mel refrescó el ataque con la entrada de Fayçal Fajr.