Desde la llegada del Simeone, el Atlético de Madrid se ha convertido en un incordio para el madridismo, que desde algún sector había reclamado un rival digno para los derbis después de catorce años de superioridad casi insultante. La época del "Cholo" ha restablecido el equilibrio, con algún "toque" histórico en Liga y en Copa. Pero Europa es otro cantar. Los cruces madrileños en la Liga de Campeones se han resuelto siempre a favor del Madrid, tanto en las dos finales como en los cuartos de final de la temporada 2014-15. "Nos tienen que tener ganas por las dos Champions que les hemos ganado", destacó ayer Isco, portavoz autorizado del madridismo y, salvo que Zidane diga lo contrario, titular hoy en el Bernabéu.

De repente, Isco se ha convertido en una de las grandes esperanzas del Madrid para alcanzar una nueva final. Sus partidazos en El Molinón y Riazor, al frente de la segunda unidad, han dado un vuelco al papel del malagueño en los planes de Zidane. Mientras que Isco está entre los once jugadores más utilizados en la Liga, en Europa baja hasta el número 22 de la plantilla, con sólo 77 minutos, por detrás incluso de Coentrao. La crecida de Isco coincide, además, con la lesión de Bale, la única forma de que Zidane renuncie a la BBC.

Además de Isco, el técnico madridista cuenta con otras alternativas de garantías, como Marco Asensio, Lucas Vázquez y James. Jugadores, en cualquier caso, con un perfil que permitiría a Zidane reforzar el centro del campo, la zona en la que Simeone suele situar a cuatro jugadores. El dominio de esa parcela se presume determinante para el desenlace de la eliminatoria, que se resolverá la próxima semana en el Vicente Calderón.

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Pese al renombre de Bale, el Atlético parece más preocupado por sus bajas que el Madrid por la del galés. Sobre todo porque las tres más importantes (Juanfran Vrsaljko y Giménez) dejan a Simeone sin un especialista para el lateral derecho de la defensa. El lateral croata, que lleva mes y medio fuera del equipo por una lesión de rodilla, sigue sin entrenarse al mismo ritmo que sus compañeros. Sí lo hizo ayer en el Bernabéu el belga Carrasco, que parece en condiciones de ser titular tras acelerar la recuperación del esguince de clavícula que sufrió hace una semana.

El contratiempo en el lateral derecho pone en entredicho la estabilidad defensiva del Atlético, que había recuperado su solidez en los últimos meses. Lo más probable es que Simeone se incline por situar en la derecha a Savic, mientras que Lucas Hernández formaría la pareja de centrales con Godín. El Atlético llega al Bernabéu como el equipo menos batido de la competición, con sólo cuatro goles en diez partidos. Pero tras dos eliminatorias ante rivales asequibles, como el Bayer Leverkusen y el Leicester, ahora llega la reválida ante un equipo con gran potencial ofensivo.

El Madrid lleva 58 partidos consecutivos marcando y está a sólo tres de igualar el récord mundial, en posesión del Bayern con 61, entre 2012 y 2014. En esta marca tiene mucho que ver, por supuesto, Cristiano Ronaldo, que también está a punto de derribar otra barrera: el portugués, con 364, está a un gol de Gerd Müller y a dos de Jimmy Greaves, que encabezan el ranking de las cinco grandes ligas europeas.