El Barcelona se mantiene en la pelea por después de salvar la visita al vecino Espanyol, con una goleada engañosa (0-3) en la que los regalos locales permitieron al cuadro culé sacar tres puntos que seguirán forzando al Real Madrid.

Los de Luis Enrique no fallaron en la a priori salida más exigente de lo que queda de liga. Tres jornadas en las que el Barça está obligado a ganar para optar a defender el título ante un Madrid que, con un partido menos, sigue empatado con el eterno rival en lo alto de la tabla (81 puntos).

La presión era esta vez para un Barcelona sabedor de la victoria blanca ante el Valencia horas antes. Sin red llegó un Barça sin Iniesta, con André Gomes de nuevo en el centro del campo, y con Neymar de vuelta en la MSN. Después de una primera mitad impecable, el Espanyol echó por tierra su gran trabajo cuando en una mala cesión de Jurado, Luis Suárez enseñó el camino.

La MSN, con Neymar de vuelta tras cumplir sanción, conectó poco a poco, pero la zaga local abortó cualquier sensación de peligro. La pared, el desmarque o el tiro de media distancia visitante encontraron siempre un rival perico dispuesto a vender cara la piel del derbi.

En la segunda mitad el Barça dio un paso al frente en la presión y pronto encontró premio en una cesión de Jurado que no llegó a Diego López sino a Suárez. Y a partir de ahí todo resultó más fácil.