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Una actuación de objetivos mínimos

El Celta, aunque inferior, se permitió un arreón final de dignidad y vuelve sin daños

Disparo de Pione, que Mariano no acierta a cortar y que saldría cerca del segundo palo. // LOF

La Liga había quedado amortizada en las semanas anteriores. La necesidad del Sevilla impuso la diferencia, también la ventaja financiera que se retrata en su banquillo. Al Celta le cabe el consuelo de haber competido sin dañarse. Amagó con una buena salida y tiró de orgullo para intentar igualar en inferioridad. Berizzo conserva el ritmo de sus titulares, a los que sin duda dará descanso ante el Athletic Club el domingo.

neutralización mutua

Sampaoli y Berizzo se neutralizaron en la colisión de su bielsismo. El Celta dominó en el arranque. El Sevilla se apoderó del balón después. Pero el juego perdió definición enseguida. La presión intensa de ambos ensució las combinaciones. La escuadra local forzó las aproximaciones con su mezcla de calidad y musculatura. La temporada se le ha descompuesto a los sevillistas por las incertidumbres del futuro y quizás un preparación física mal calibrada. Es un conjunto esplendoroso, en todo caso.

extraño pecador

Sorprende la expulsión por la identidad del culpable, el Tucu, un hombre que en general sabe cómo aplicar su fiereza moviéndose entre las líneas del reglamento. Tal vez la primera tarjeta resulte algo exagerada. Marcaba un criterio, en todo caso, al que el árbitro fue fiel. A partir de ahí le correspondía a los futbolistas atenerse a ese baremo. El chileno cometió un pecado mortal en la segunda amonestación. Se fue del campo justo tras el empate de Aspas, cuando el Sevilla podía dudar. Y no es un hombre que suela pegar de forma desordenada.

una sociedad a mejorar

Pione acaba la campaña en pleno crecimiento. Su confianza dispara su atrevimiento. Y ha mejorado en los porcentajes adecuados de regate, combinación y disparo. En ocasiones, sin embargo, sigue fallando su química con ciertos compañeros. Pero no solo es culpa de él. Aspas o Wass están un tanto obsesionados en abroncarlo. Incluso hubo una acción en la que Aspas pareció vengarse negándole un pase claro. Aspas y Pione deben encontrar un lugar de reunión para construir su sociedad. A Pione le toca mejorar la comprensión del estilo colectivo y a Aspas, aceptar la naturaleza aventurera del danés.

Infalible

Estuvo mediocre Aspas si se toma como referencia su nivel habitual. Se le notó en exceso ansioso por mostrarle al Pizjuán el jugador que la cicatería de Emery le arrebató. Pero es tal su jerarquía que hasta en un día gris se las arregló para producir un puñado de aproximaciones peligrosas. En el catálogo de sus virtudes comienza a sobresalir su efectividad desde el punto de penalti, con tendencia al disparo raso pero variando la trayectoria, indescifrable.

la actitud de bongonda

Theo viene y va. Había entrado en una fase depresiva, devorado por la efervescencia de Pione. En sus últimas apariciones había malgastado todo el crecimiento del inicio de año. Ante el Betis se le había detectado incluso un asomo de desgana. Ayer disipó ese riesgo. Salió al césped con hambre de aprovechar los minutos que Berizzo le concedía. Supo generar peligro desde la banda derecha, donde siempre ha fracasado. Debe insistir. Es una posición que ampliaría sus posibilidades; un cambio para limpiar la mente y permitirle madurar en la toma de decisiones. Por la izquierda se hace previsible y tampoco el Celta, sobre todo sin Beauvue en el área, está concebido para aprovechar a un extremo natural que gana la línea de fondo.

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