Cristiano Ronaldo volvió a emerger y, con un gol polémico en la prórroga (en fuera de juego), en la que completó un nuevo 'hat trick', sacó del atolladero al Real Madrid para meterlo en semifinales ante un Bayern Múnich que se despidió con una más que honrosa y orgullosa comparecencia en el Bernabéu.

El delantero portugués volvió a ser decisivo. Primero contuvo el 0-1 con un remate de cabeza y en el periodo adicional evitó que la confrontación llegara a los penaltis al firmar el 2-2 y el 3-2 que daba la séptima clasificación seguida al Real Madrid para las semifinales y acababa con el sueño de remontada de un conjunto bávaro valiente, que hizo honor a su gloriosa historia y que tuvo a su merced a los de Zidane casi todo el encuentro, hasta que Arturo Vidal fue expulsado a falta de siete minutos para el final y le condenó a jugar en inferioridad la prórroga.

Zidane se decantó por el hombre de moda, Isco, para ocupar el hueco dejado por Bale, en tanto que Ancelotti, en su regreso al Bernabéu, optó por dar entrada a sus tres 'tocados', los zagueros Hummels y Boateng y Lewandowski, la gran ausencia en la ida.

Desde el pitido inicial el Bayern hizo honor a su potencial y a su orgullo y se adueñó del balón y del partido en busca de la remontada. El planteamiento del Real Madrid además le concedió una tremenda ventaja por las bandas con las dobles parejas Lahm-Robben y Alaba-Ribery.

La valentía del Bayern inquietó notablemente al cuadro de Zidane, que se veía peligrosamente desbordado de forma reiterada. Marcelo evitó el gol de Thiago a los 9 minutos y Vidal envió alto.

Los primeros veinte minutos fueron un monólogo del campeón germano. Ancelotti le ganaba claramente la partida en la pizarra a su 'alumno' Zidane. Para su fortuna, Lewandowski, la gran amenaza en ataque, no pasaba de incomodar, muy vigilado por Nacho y Ramos.

Poco a poco el Real Madrid comenzó a despertar y a acercarse al área del cuadro bávaro. Y lo hizo con su vértigo habitual pero le faltó pegada. Carvajal dio el primer aviso realmente importante a los 26 minutos, dos después Boateng evitó bajo palos un tiro de Ramos.

Fue el inicio de un tramo enloquecido, con continuas idas y venidas. El Bayern, que no rechazó el intercambio, escapó con vida por la falta de precisión en los tiros de Kroos y de Cristiano, que podían haber adelantado al Real Madrid y haber sentenciado la eliminatoria.

No obstante, corrió excesivos riesgos el cuadro blanco. Atrás sus hombres se tuvieron que multiplicar para evitar que prosperasen los vertiginosos contragolpes del Bayern, cuya ambición no mermó.

Al contrario, sabía que estaba en la eliminatoria y en el partido y más después de que Marcelo sacara bajo palos un remate de Robben, quien casi de inmediato sacó un penalti a Casemiro. En la ida perdonó Arturo Vidal el 2-0. En el Bernabéu no lo hizo Lewandowski, que metió de lleno al Bayern en la lucha por las semifinales.

La inquietud de la primera mitad se convirtió en susto, sufrimiento, hasta agonía. El centro del campo volvió a quedarse sin el balón y el Bayern, envalentonado, no cesó en su acoso sobre la meta de Keylor Navas.

Zidane volvió a recurrir a Asensio para tratar de recomponer la figura y armarse mejor. Pero entregar el balón a un equipo como el Bayern y resguardarse atrás es síntoma de peligro y el sufrimiento es patente. Ancelotti quitó a Alonso. Y acto seguido, en la primera jugada sin el español, despedido con una gran ovación, Casemiro se llevó el balón, lo envió al área y Cristiano emergió para rematar de cabeza y firmar el empate que aliviaba la angustia local.

Pero duró tan solo un suspiro, porque de inmediato el Bayern colgó el balón y Sergio Ramos lo introdujo en su portería al tratar de ceder a Navas, con lo que se igualaba la eliminatoria y el sufrimiento se reinstalaba en el Bernabéu.

El gladiador Vidal, que estaba sosteniendo la medular del Bayern y empujando como pocos, vio la segunda amonestación a siete minutos del final, todo un golpe para el ambicioso conjunto bávaro y un acicate y una ventaja para el Madrid.

Trataron los hombres de Zidane de aprovechar la coyuntura, pero no pudieron evitar la prórroga. Pese a mostrarse un tanto temeroso, el Real Madrid volvió a tener sus opciones de empatar y llevarse la eliminatoria, pero surgió Neuer, quien tan solo claudicó cuando Cristiano, cuya posición de partida al centro de Ramos era de fuera de juego, se encontró con un balón dentro del área, lo bajó y batió al portero germano.

En la segunda parte de la prórroga, con el Bayern abierto en busca del gol de la clasificación, Marcelo se inventó una acción personal que culminó Cristiano a puerta vacía y Marco Asensio culminó su gran eliminatoria con una acción personal con la que firmó el 4-2 en plena locura del Bernabéu.