La XVIII Gala del Deporte pasará a la historia local por varias cuestiones, ninguna de ellas baladí. En el vigésimo aniversario del certamen, pues el primero se celebró en 1997, el deporte de Vigo y su área de influencia ha dado un paso al frente espectacular que se valorará más si cabe en el futuro.

Se impuso Agustín Alejos, porque lo que él y la selección de baloncesto en silla de ruedas hicieron en Río fue algo muy grande, indiscutible, y Alejos, referente del Amfiv, se ha ganado con el paso de los años el respeto internacional. Además, el deporte adaptado se reconoció en un buen número de caras. En Río ha demostrado que su marcha es imparable.

Pero la gala también supo loar una trayectoria a la que le falta solo la guinda del premio absoluto. Adrián Alonso, "Pola", recibió el premio especial del jurado, trofeo que se ha convertido en sus cuatro años de vida en un valor mayor porque prima no solo el momento, sino también el largo recorrido. Desde que Pola comenzó en el Lobelle santiagués, su palmarés ha engordado de forma exponencial. Dos títulos nacionales en la capital gallega y de todos los colores con el Inter Movistar, al que llegó en 2011. Enorme bagaje.

Si Pola fuera un jugador de baloncesto o balonmano, dos deportes olímpicos con predicamento en los medios nacionales, su trayectoria sería estudiada con lupa. Mientras, en Vigo se le sigue por esa esta ciudad que aun cuando ha vivido diversas experiencias traumáticas en el fútbol sala, siempre ha demostrado interés por esa modalidad.

Quid pro quo. El jueves, el jugador vigués entendió perfectamente que una gala es un homenaje, una celebración de gran valor. Es el momento del deporte y su mejor reivindicación. Aunque no se exige etiqueta, él se aplicó como si así fuese. Por eso fue una de las sensaciones de la noche, como el propio Chano o Miguel Méndez -que entregaban premios-, impecables, porque a su presencia (se vino desde Madrid a recoger el premio) unió un perfecto estilo británico de gentleman. Los tres eligieron traje y corbata. Los tres brillaron.

Pola ya había sido premiado en 2012 con una mención especial por su primer año en el Inter (ya era internacional desde la etapa del Lobelle) y ahora pesó su título con la selección española. Le queda conquistar un Mundial y el prurito de ser nombrado mejor deportista de Vigo. Al tiempo. Por lo pronto, ya es un grande. Y un gentleman.