El Sporting remontó ante el Granada en cinco minutos de inspiración para lograr una victoria (3-1) que permite a los gijoneses mantenerse con vida en la lucha por evitar el descenso en un mal partido salvado por la entrega de los locales.

Asturianos y andaluces se jugaban media vida en este partido y los dos llegaron con bajas de jugadores importantes, más en el caso de los locales, pero los dos salieron desde el inicio a por el partido aunque con diferentes planteamientos.

Los locales buscaron el juego más directo tratando de aprovechar las contras mientras que el Granada tocaba más en el centro del campo y suya fue la primera oportunidad en un disparo de Cuenca que detuvo Mariño sin problemas antes de que el hoy portero rojiblanco sacara una gran mano a la base del poste en un remate de Andreas.

En el córner, Ingason remató a la red pero el árbitro no dio validez al gol al entender que el granadino se apoya en Vesga para su remate, lo que fue muy protestado por su equipo.

Desde ese momento las ocasiones pasaron a ser más claras para los locales con un Burgui muy vertical, que probó a sorprender desde lejos pero Ochoa se convirtió en el mejor de su equipo al salvar varias ocasiones muy claras.

Como suele ser habitual en esta temporada, el Sporting creaba ocasiones sin materializar y, al igual que en otras ocasiones, un despiste en una marca, en esta ocasión de Vesga, permitió a Ingason, marcar por bajo y a bocajarro. Con el marcador en contra Rubi mete en el campo al delantero marfileño Traoré, que pasó una semana entre algodones y que estableció el empate en el primer balón que tocaba tras un pase de Burgui, que le dejó solo y a puerta vacía tras haber roto los dos el intento de fuera de juego de la defensa granadina.

El gol espoleó a los locales que se fueron a por el partido de manera decidida y el segundo gol no tardó en llegar en una larga jugada de centros y rechaces que culminó Babin con un cabezazo en del área pequeña.

Lo que había intentado sin éxito en la primera parte lo logró el Sporting en poco más de cinco minutos, pero aún quedaban muchos minutos en los que los cambios no modificaron el desarrollo de un encuentro en el que nadie tenía la posesión del balón. El Sporting pudo haber anotado el cuarto si Traoré no hubiese fallado el lanzamiento de un penalti.