El Coruxo sigue empeñado en complicarse la vida en la recta final de la temporada. Los vigueses tenían ayer la oportunidad de, por un lado, alcanzar la mítica cifra de cuarenta y cuatro puntos para la permanencia y, por otro lado, consolidar su puesto de clasificación para la Copa del Rey. Pero todo se fue al traste en los primeros veinte minutos, en donde el equipo vigués hizo, posiblemente, el peor fútbol desde que milita en la categoría de bronce.

Resulta difícil explicar lo que fueron esos primeros veinte minutos. Defensivamente el equipo estuvo horrible. De hecho, Manu Dimas dispuso en el primer minuto de la primera ocasión para romper la igualada inicial. Los jugadores salmantinos, que solamente habían ganado dos partidos lejos del Municipal, no tardaron en darse cuenta de los problemas del equipo vigués, sobre todo por el centro de la defensa. El cuadro charro se fue arriba, y a los trece minutos Manu Dimas se saca de encima, muy fácilmente, la marca de Alberto García y conecta un potente disparo que se cuela ajustado al palo izquierdo de la portería defendida por Alberto Domínguez.

El equipo estaba tocado, desnortado, sin tensión e incapaz de presionar al Guijuelo en el centro del campo para recuperar el balón. Siete minutos después del primer gol, de nuevo Manu Dimas se marcha con facilidad de la marca de Rubén y mete el balón al área para que en el segundo palo Jonxa marcara el segundo. El Coruxo había desaparecido del terreno de juego, y dos minutos después de nuevo vuelve a fallar Rubén en la marca y Carmona marca el tercero.

Un golpe muy duro para los vigueses, que habían estado totalmente desaparecidos, permitiendo que un equipo en puestos de descenso se hubiera reivindicado y comenzara a soñar.

Sáez trató de revolucionar el equipo tras el paso por el vestuario. Sacó a los dos centrales colocando en su lugar a Iosu Villar y Antón, situando a Fernando en el centro del campo, con Andre y Quique Cubas en punta de ataque, que entró por Camochu.

Evidentemente el equipo tuvo más presencia en ataque, pero arriesgando al máximo. El Guijuelo dispuso de varias ocasiones más para marcar, pero por fortuna la cosa no fue a más. Pedro Vázquez marcó el tanto del honor, pero las sensaciones no fueron buenas. La plantilla deberá meditar sobre el juego en los últimos partidos y la oportunidad que están perdiendo de, incluso, pelear por la cuarta plaza.