Todo o nada. El Celta está en las horas previas de una final. Su futuro europeo está en juego. Está obligado a ganar para estar el viernes entre los 16 mejores equipos de la Europa League. La empresa no será fácil. Enfrente está uno de los favoritos del torneo, un Shakhtar Donetsk que sólo ha sufrido una derrota en lo que va de campaña, aunque llega falto de rodaje tras el parón de dos meses que sufre el fútbol ucraniano.

Optimismo, ilusión y ambición vuelven a formar parte del ADN del grupo que dirige Eduardo Berizzo. El preparador argentino opta por no cambiar de identidad, por apostar por ese estilo de juego que ha permitido asaltar grandes escenarios. El Metalist Stadium puede ser la siguiente conquista de un Celta que ha logrado asaltar feudos de la entidad del Camp Nou, el Santiago Bernabéu o el Vicente Calderón.

Este miércoles, la expedición celeste ultimó los detalles del decisivo encuentro frente al Shakhtar Donetsk. La temperatura acompañó. No se bajó de los cero grados en toda la jornada. Berizzo, que confirmó que saldrá con tres atacantes, dirigió el último entrenamiento antes de la gran cita. Según Paulo Fonseca el césped está en perfectas condiciones. Veremos si mañana, el cuadro celeste puede imprimir sobre el tapete del estadio de Járkov su "fútbol de salón" y firmar una gesta que le permita estar el viernes en el bombo de los dieciseisavos de final de la Europa League.