La presente temporada del Celta alcanza para escribir páginas y páginas de periódicos. El Celta de Eduardo Berizzo es un equipo de autor, digno de análisis tanto en lo colectivo como en lo individual. En este segundo plano, jugador por jugador, varios nombres salen a la palestra jornada tras jornada. Las exhibiciones de Iago Aspas, la solidez de Pablo Hernández, la polivalencia de Wass, la evolución de Bongonda o la fiabilidad de Rubén son individualidades que hacen mejor al Celta en su conjunto.

En los últimos meses de competición en los que el estado de gracia de Iago Apas lo ha eclipsado casi todo, la regularidad de Hugo Mallo no ha pasado desapercibida. El capitán del Celta está en uno de los mejores momentos de su carrera y se ha convertido en una de los grandes laterales derechos de La Liga. El de Marín, a sus 25 años, empieza a llamar a gritos a las puertas de la selección española.

Esta tarde en Balaídos, en la victoria del Celta ante el Alavés (1-0), Hugo Mallo bordó el partido. La asistencia del gol de Radoja en el último minuto llevó su nombre. Su envío raso al punto de penalti era ya es tercer centro con peligro que ponía desde el perfil diestro en el encuentro. Tan solo unos instantes antes a punto estuvo de resolver el choque con un disparo ajustado con su pierna "menos buena" que se estrelló en la cruceta.

Además, Mallo no dejó de subir una banda de la que fue el amo y señor y dar amplitud al campo durante los noventa minutos. El capitán celeste supo compaginar a la perfección las tareas defensivas con las ofensivas. Fue capaz de ganar sus duelos con Ibai Gómez y Theo Hernández a la vez que acertó el 78% de los pases intentados (40 buenos de 51 totales). Todo un guiño a Julen Lopetegui.

Mapa de calor de Hugo Mallo durante el Celta - Alavés. // WhoScored