La carrera de ayer fue especialmente emotiva para la atleta Loli García, que ponía fin en O Castro a toda una vida dedicada al atletismo. Tras 52 años, el desgaste de su cadera le obliga a colgar las zapatillas y lo hace en O Castro, donde guarda entrañables recuerdos de cuando su abuela la llevaba "al único parque que había en la ciudad". Cierra así un ciclo dedicado al deporte, una forma de vida para ella. En brazos de su hijo Javier Álvarez cruzó la meta, donde le esperaba su esposo, el exolímpico Javier Álvarez Salgado.