La forma de actuar de esta organización consistía en corromper a tenistas que disputaban partidos nacionales e internacionales sobre los que se podían efectuar apuestas "on line".

Para ello, la organización contaba con un tenista intermediario, quien tenía una relación de confianza con los tenistas a corromper, dado que había competido con ellos y mantenía una buena relación. Pocos días antes de la disputa de los torneos a disputar, esta persona les ofrecía cuantías concretas por amañar determinados aspectos del juego, que habitualmente consistían en la pérdida de determinados juegos bajo su servicio ya que es ahí donde la cuota de la apuesta es algo mayor y la ganancia se multiplica con más rapidez. Otras apuestas se hacían a la pérdida de determinados sets o directamente del partido.

En los casos en los que el tenista intermediario no lograba corromper a los jugadores, llegaba a ofrecerles el doble o el triple de la comisión y en el caso de que no accedieran entraba en acción alguno de los cabecillas de la trama para doblegar su resistencia, casi siempre aumentando sus ganancias en el arreglo.

Una vez que el tenista aceptaba el amaño, el intermediario lo comunicaba a sus cabecillas, quienes, a través de una aplicación de mensajería instantánea, creaban grupos de difusión para comunicarlo a personas de confianza y familiares, posibilitando así el aumento de las ganancias generadas con las apuestas realizadas. Estas eran las personas que apostaban desde diferentes lugares, en distintas casas online, sabiendo de antemano el aspecto del juego que constituía la apuesta segura. Casi siempre el dinero se ganaba gracias a juegos que los tenistas que participaban en la red perdían teniendo el saque.

Con el fin de acreditar la corrupción llevada a cabo sobre los tenistas participantes en estos eventos sospechosos, los agentes de la Guardia Civil llevaron a cabo distintas medidas de investigación sobre ellos, así como sus declaraciones, que acabaron derivando en el efectivo reconocimiento de su corrupción en los eventos señalados, en la identificación de varios de los responsables de la organización encargada de corromperles y en el 'modus operandi' utilizado, cuyo patrón se repetía en todos los eventos corrompidos.