El Celta se propone incrementar el valor de la goleada endosada al Granada ganando el domingo al Betis a domicilio, donde el conjunto de Berizzo desconoce el triunfo desde el pasado 25 de septiembre. Los celestes se impusieron entonces al Espanyol en Cornellá-el Prat en un partido disputado en el alambre que Iago Aspas (90+1) y Pione Sisto (90+3) resolvieron con dos zarpazos en el descuento.

A esta única victoria suma el cuadro vigués dos empates, el obtenido sin goles en El Sadar frente a Osasuna y el cedido en el estadio Gran Canaria después de dilapidar una ventaja de tres goles en el segundo tiempo. Cinco puntos apenas de los veinte que suma el equipo, que esta temporada vive básicamente de su fortaleza en Balaídos, donde ha encadenado cinco victorias consecutivas después de perder los dos primeros partidos.

Lejos de casa, las cosas no le han ido nada bien a los celestes, que han firmado sus peores actuaciones. Tres de las derrotas cedidas a domicilio - Santiago Bernabéu (2-1), El Madrigal (5-0) y Eibar (1-0)- le han llegado al conjunto de Berizzo después de un parón liguero, un imponderable competitivo que ha pasado una elevada factura en los últimos años.

El pobre rendimiento obtenido a domicilio contrasta severamente con los magníficos números logrados por el conjunto celeste lejos de su feudo la pasada temporada. A estas alturas del curso, el cuadro de Berizzo sumaba hace un año cuatro victorias -Ciutat de Valencia (1-2), Sánchez Pizjuán (1-2), El Madrigal (1-2) y Anoeta (2-3-, además de un empate en Ipurua (1-1). Un total de 15 de los 24 puntos que adornaban el casillero del equipo vigués. Berizzo espera revertir esta mala racha fuera de casa mañana en el Benito Villamarín, el campo del remozado Betis de Miguel Torrecilla, donde el Celta ha puntuado -un triunfo hace tres temporadas (1-2) y un empate con gol de Bongonda el pasado curso- en dos de sus últimas tres visitas en Primera División.