"Todas las luces del avión se apagaron y comenzó a caer"._Así contaba ayer la auxiliar de vuelo Ximena Suárez, uno de los seis supervivientes de la tragedia, los instantes previos al impacto contra el suelo cerca de Medellín del avión de Lamia en el que viajaba el club brasileño de fútbol Chapecoense, procedente de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y que dejó 71 muertos y 6 supervivientes. Un accidente que, según una grabación recogida en la caja negra del aparato y divulgada ayer, se debió a la falta de combustible del aparato, lo que provocó un fallo eléctrico generalizado. Al cierre de esta edición ya habían sido identificados más de una treintena de cadáveres.

"Señorita, Lamia 933 está en falla total, falla eléctrica total, sin combustible", afirma una voz que se identifica como el piloto de la aeronave accidentada el lunes por la noche. Enseguida la torre de control del aeropuerto internacional José María Córdova de Medellín le dice que tiene "pista libre", según la grabación.

"Pista libre y esperando lluvia sobre la superficie Lamia 933, bomberos alertados", responde la controladora aérea.

Poco antes, el piloto había solicitado "prioridad para la aproximación" y le pide en varias ocasiones que le indique "vectores de la pista", es decir orientaciones para aproximarse lo más rápido posible al aeropuerto.

Al inicio de la grabación se escucha cómo la controladora de turno estaba dando prioridad a otra nave de la aerolínea Viva Colombia que tenía un problema por "una fuga" de combustible. Cuando el piloto de la aeronave de Lamia informó de la gravedad de su situación, la controladora desvió a otros dos aviones comerciales que estaban aproximándose al aeropuerto para que pudiera aterrizar el avión del Chapecoense. "Emergencia de combustible señorita, por eso le pido de una vez curso final", le dice el piloto.

Poco antes de perder el contacto, la controladora le dice que no tiene la altitud necesaria, a lo que el piloto dice que se encuentra a 9.000 pies. Según expertos consultados por varios medios colombianos, esa altitud es insuficiente para pasar el Cerro Gordo, cercano al aeropuerto y contra el que se estrelló finalmente la aeronave, apenas a 17 kilómetros de la pista.

Pilotos de dos aeronaves colombianas que a esa hora volaban hacia Medellín y escucharon en sus frecuencias de radio la conversación, relataron que efectivamente el capitán del avión de Lamia informó a la torre de problemas eléctricos y de combustible, pero que cuando relató que la situación era extrema "ya era tarde". Preguntados ambos pilotos por qué el piloto de Lamia no habría pedido una declaración de emergencia anterior reconociendo que no tenía combustible suficiente, coincidieron en que "tendría miedo a que esa mácula quedara en su expediente. Además, a él se le impondría una multa de 25.000 dólares y otra a la compañía por volar escasos de combustible", comentaron.

El avión accidentado era un modelo "Avro Regional Jet 85" que, según Julio Consuegra, autor del libro "Principios y Fundamentos de Aviación", tiene una autonomía máxima de 3.000 kilómetros con los depósito al máximo, y el recorrido entre Santa Cruz de la Sierra y Medellín era de 2.960 kilómetros._ Consuegra concluye por ello que "en cuanto estuviera un minuto de más en el aire o con un cambio de ruta se habría quedado sin combustible".