El partido ante el Standard de Lieja ha permitido ver las dos versiones de Iago Aspas. Una no se puede entender sin la otra. El moañés, al igual que otros canteranos como Hugo Mallo, tiene la fortuna de defender el escudo que ama. Es un aficionado privilegiado, que en cada partido puede ser protagonista del resultado que logre su equipo. Este jueves estrenaba titularidad en Europa League. Ya dejó su huella en el Amsterdam Arena con un gol que hacía soñar con el empate del Celta ante el Ajax.

El "10" céltico volvió a ser determinante frente al conjunto belga. Fue de lo poco salvable del equipo de Berizzo en una cita que era crucial para superar la fase de grupos. Anotó un golazo en los primeros minutos de juego, demostrando que atraviesa el mejor momento de su carrera deportiva. Sin embargo, su desesperación, su enfado con el colegiado dejó al Celta en inferioridad numérica en el tiempo de descuento.

El jugador estrella mutó en aficionado. Se olvidó del partido en la recta final del juego. Ese cabreo se notaba en sus protestas, que acabaron costándole una expulsión que le impedirá estar en la final que se disputará en Atenas el próximo 8 de diciembre.