Una jornada más la actuación arbitral vuelve a ser el foco de la polémica al término del partido del Celta. Carlos Clos Gómez fue un obstáculo para los intereses de los celestes casi tan grande como su adversario, el Valencia. Las decisiones del árbitro aragonés, con sus errores y sus aciertos, no hicieron otra cosa que enrabietar a un Celta al que le costó manejar sus nervios. Después de verse perjudicado la semana pasada en Gran Canaria por Melero López, los celestes se tomaron con mayor aprensión las decisiones de Clos Gómez. Además, los vigueses vieron un total de seis amarillas por una que vieron los jugadores valencianos. De hecho, uno de los amonestados fue Iago Aspas, que no podrá jugar dentro de dos semanas ante el Eibar por acumulación de tarjetas.

Todo empezó a calentarse en Balaídos con un penalti que reclamó Guidetti que terminó con una amarilla para el sueco. El atacante reclamaba un contacto por detrás de Garay al límite de lo que permite el reglamento. Las protestas de Guidetti incendiaron a la grada, cuya ira fue todavía más grande cuando minutos después sí que había penalti en el área contraria. Clos Gómez acertó al señalar la pena máxima en una falta de David Costas sobre Rodrigo, que le había ganado la posición claramente.

Antes del descanso hubo más polémica. Eduardo Berizzo reclamó con vehemencia una mano muy clara de Martín Montoya al borde del área tras un centro de Roncaglia. También pidieron los jugadores del Celta otra penalti antes del descanso, pero sus protestas fueron pronto acalladas gracias al gol de Roncaglia. Por último, y lo que provocó que los vigueses se marchasen al descanso echos una furia, fue una agresión de Parejo a Wass. Las imágenes muestras como el español le da un codazo en la cara al danés ante la mirada del árbitro aragonés y debió haber sido expulsado.

En la segunda mitad siguió la batería de amonestaciones para los jugadores del Celta, que entre faltas y protestas se llevaron un total de seis amarillas, que sumadas a las ocho que Melero López mostró a los celestes en Gran Canaria ante Las Palmas, hacen un total de catorce amarillas en solo dos partidos. Finalmente, la entrada de Marcelo Díaz en la segunda mitad sirvió para que el Celta bajase un par de revoluciones, se centrase, y pudiese culminar la remontada.