Está claro que Lewis Hamilton ni va a arrojar con antelación la toalla ni va a colocar la alfombra roja para que su compañero Nico Rosberg gane el campeonato. Tiene el inglés las matemáticas en contra, pero con la victoria de hace una semana en el Gran Premio de Estados Unidos y la de ayer en México mantiene abierta la tensión, la incertidumbre. Y en este Mundial que no tenía desde el primer día otro interrogante que despejar que saber cuál de los dos pilotos de Mercedes conseguiría el título es lo máximo que se puede pedir.

Logró Hamilton en México su octava victoria de la temporada, la 54.ª ya de su carrera, para reducir de 26 a 19 puntos su desventaja respecto a Rosberg. Otro pellizquito cuando quedan sólo dos carreras (50 puntos en juego) para que acabe el campeonato. Las opciones del alemán se multiplican para ser campeón. Lo será ya dentro de dos semanas si gana en Brasil, pero puede permitirse incluso un segundo y un tercer puesto aunque Hamilton sume dos victorias más a su cuenta.

Nuevo doblete, pues de Mercedes, y podio para un Sebastian Vettel (Ferrari) que cruzó la meta en la cuarta plaza y que ganó una finalizada ya la carrera al ser sancionado el siempre impetuoso holandés Max Verstappen (Red Bull) por no cederle la posición tras saltarse una variante.

La emoción de la carrera se acabó tras superarse las primeras curvas. Hamilton arrancó bien desde la pole y los comisarios, además, le permitieron que acortara la chicane pasando por la hierba. Privilegios de campeón. Por detrás Verstappen también arrinconaba a Rosberg, pero el alemán aguantó el envite. Y si a Hamilton ya no hubo quien le tosiera en las restantes 70 vueltas a las que estaba programada la carrera, Rosberg solventó aunque no sin sobresaltos las arremetidas de Verstappen para sumar 18 puntitos de oro que le permiten subir otro peldaño hacia el trono de la Fórmula 1.

De Fernando Alonso poco puede contarse. Entre que el madrileño Carlos Sainz le llevó a la hierba en la salida, lo que le impidió mejorar posiciones, y los problemas que tuvo en el segundo de los pasos por el garaje para cambiar neumáticos su carrera quedó arruinada. Decimotercero al final, sin opción en ningún momento de aspirar a entrar en los puntos tras una carrera aburrida y que muy poco tuvo que ver con la de la semana anterior en Austin. Al menos pudo mantener su décima plaza en la general aunque ya tiene a Massa al rebufo.