La prueba duró menos de lo previsto para los atletas, que debían recorrer dos kilómetros. Álvaro Pino se enfrentaba a cinco kilómetros y numerosas curvas. Sus rivales también a un pronunciado desnivel y algunos tramos de escaleras. El desafío se puso en marcha con igualdad entre los participantes, que coincidieron hasta tres veces en distintos cruces. Solo en el primero se encontraron los primeros de la prueba atlética con el ciclista. Después dominaron la situación y fueron adquiriendo cada vez más ventaja.

El lucense Ismael Fernández fue el más rápido en subir los 314 metros de altua hasta la emblemática cima del monte Santa Tegra. Allí le esperaban una buena cantidad de público, personas que también animaron a los participantes a lo largo de todo el recorrido. Ismael Fernández invirtió 13:31 en coronar la cima. Superó en 17 segundos a Iván Pimentel y en 19 a Ángel Álvarez, que fueron segundo y tercero, respectivamente. Los tres ocuparon el podio de la categoría masculina. Con los primeros ya en la cima, hubo que esperar a que Álvaro Pino superara las últimas curvas y también la cuesta que le llevó a la línea de llegada. Invirtió 17:42 en realizar los cinco kilómetros por carretera. En una clasificación entre todos los participantes se colocaría en el puesto undécimo.

El ciclista, al que se le rindió un homenaje por ganar la Vuelta a España hace treinta años, tuvo que realizar un gran esfuerzo. Conocía el recorrido, que inspeccionó varios días antes. Reconoció que su objetivo era terminar la prueba, ya que ganar era casi imposible. Además, utilizó la misma bicicleta que usó en 1986 y el maillot amarillo de aquella edición en la que se proclamó campeón. A pesar de ello, demostró su capacidad para sufrir.

Resultaron llamativos muchos detalles. Álvaro Pino sigue siendo un deportista ambicioso. Quedó demostrado al inicio de la subida. Su salida de A Guarda resultó explosiva. Recibió el apoyo de muchas personas a lo largo de los cinco kilómetros. En los lados de la carretera se agolparon nostálgicos del ciclismo y también jóvenes que nunca antes le habían visto competir. Su llegada a la cima estuvo rodeada de expectación y se realizó con un sonoro aplauso por parte de todos los presentes.

Después se abrazó a su principal rival, que le estaba esperando. Ismael Fernández y Álvaro Pino se fotografiaron juntos y simbolizaron la filosofía del Desafío Santa Trega: el deporte como un gran valor. El reconvertido ciclista regresó a la línea de llegada con la misma bicicleta y volvió a recibir el agasajo de los aficionados. Resultó llamativo cómo muchos niños le pidieron autógrafos y se fotografiaron con él.

En la categoría femenina, Elena Arboleda fue la ganadora. Marcó un tiempo de 23:50. La segunda en llegar a la meta fue Isabel López, con un tiempo de 25:46. El tercer lugar del podio fue para Noelia Iglesias, que marcó un tiempo de 27:32. Ellas también fueron protagonistas junto a Julia Vaquero, la exatleta que vive en A Guarda y que ejerció de madrina. "Me he emocionado recordando mi etapa de deportista. Ahora no podría realizar ese esfuerzo", dijo.

Serafín Martínez, organizador del Desafío Santa Trega, mostró su más "sentido agradecimiento a todos los que han participado y colaborado. Desde el Banco Mediolanum, Coca Coca, Gadis y los ayuntamientos de Oia y A Guarda hasta los que han ayudado en lo que han podido. Ha salido todo bien y esperamos poder repetirlo el próximo año".

Pero antes habrá otras pruebas. Hoy, a partir de las once, se disputa una prueba popular entre Oia y A Guarda. Serán quince kilómetros para disfrutar del atletismo en un entorno incomparable.