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El Celta, último objeto de deseo

La inminente venta del club vigués a un grupo inversor chino se encuadra dentro de la "invasión" asiática de la Liga ä Cinco clubes están ya en manos de capital extranjero

La inminente venta del Celta a un importante grupo inversor chino no es un hecho aislado en la Liga española. Muy al contrario se enmarca dentro de una tendencia iniciada a comienzos del año 2015 dentro de una estrategia auspiciada por el propio Gobierno de la República Popular China para potenciar el fútbol en el país pensando en ganar en el año 2050 el Mundial de selecciones.

La premisa es clara: importar de Europa el conocimiento y la experiencia necesaria para impulsar el desarrollo del juego, tanto a nivel formativo como de importación de modelo de gestión de los principales clubes y los campeonatos europeos. Por eso, el desembarco de capital chino en Europa no se ha limitado a la Liga, sino que afecta también en modo importante a la Premier League (Manchester City, West Bromwich o Aston Villa), la Seria A italiana (AC Milan) y, en menor medida, a la Ligue 1 francesa (Niza). La invasión china se inició en la Liga española en enero de 2015 con la adquisición del 20 por ciento del Atlético de Madrid por el grupo empresarial Wanda, perteneciente al magnate chino Wang Jialing, por un montante de 45 millones de euros. El holding, con negocio en los sectores inmobiliario hostelero y de alimentación, entre otros, ha inyectado además otros 15 millones en la cantera del equipo rojiblanco, que ha facilitado en contraprestación personal técnico para dirigir clubes y formar jugadores y entrenadores en el fútbol chino.

Aunque Wanda negocia ahora con el Atlético patrocinar el nuevo estadio de la Peineta, adonde el Atlético prevé mudarse en breve, la gestión del club colchonero continúa en manos de los dos accionistas mayoritarios, Miguel Ángel Gil Marín, y Enrique Cerezo, que ejerce como presidente, con lo que el control de la entidad sigue en manos de dueños españoles y las decisiones sobre el proyecto deportivo y el modelo de gestión no han cambiado con la entrada de capital chino.

No es éste el caso del Granada o del Espanyol de Barcelona, cuya titularidad ha pasado por completo a manos de grupos inversores del gigante asiático. En enero de 2016 se hizo oficial la adquisición del 99,5 por ciento del club perico por parte del grupo Rastar, dirigido por el magnate Chen Yagsheng, por 130 millones de euros. La entrada del Rastar, que se hizo cargo de la deuda que el club arrastraba con Hacienda y proveedores, ha supuesto una importante inyección económica en el aspecto deportivo que se ha traducido en una importante renovación de la plantilla -ha incorporado este verano 11 fichajes, algunos de renombre como Demichelis, José Antonio Reyes o Leo Baptistao- y en la contratación de Quique Sánchez Flores para dirigir al equipo, por el momento con discretos resultados deportivos.

El Grupo Rastar tiene como principal área de negocio la fabricación de coches dirigidos por radio control, autos a escala y réplicas de vehículos, así como una línea de videojuegos.

El caso del Granada, vendido a final de la pasada temporada a la sociedad china Link International Sports Limited, del grupo chino Desports, por 37 millones de euros, es peculiar, pues la mayor parte de su accionariado estaba ya en manos de capital extranjero, en concreto de la familia italiana Pozzo, propietaria también del Udinese y del Watford.

La presidencia del club ha sido asumida por el dueño del holding, Jiang Lizhang, que ha situado como vicepresidente hombre de confianza a su compatriota Kangning Wang, que supervisa el día a día la entidad. El grupo chino ha delegado sin embargo la gestión deportiva en la empresa de intermediación deportiva Mediabase Sports, cuya cabeza visible es Pere Guardiola, hermano del reputado técnico del Manchester City. Éste ha situado como director deportivo de la entidad al también agente deportivo Javier Torralbo , Piru, y ha contratado a Paco Jémez para dirigir al equipo, que se ha reforzado con media docena de jugadores. La llegada de Jiang Lizhang a la presidencia ha sido por el momento bien recibida por la afición nazarí, a pesar de que, tras dos difíciles campañas, los resultados sin acompañar al equipo en este inicio de curso.

Pero no han sido los grandes grupos de inversión del gigante asiático los primeros en interesarse por el fútbol español. El primer club adquirido por capital extranjero fue, de hecho, el Málaga, comprado en 2010 por el jeque catarí Abdullah Al Thani, quien pagó a los anteriores propietarios del club, la familia Sanz, unos 40 millones de euros (la cantidad exacta no se ha dado a conocer) por su paquete mayoritario de acciones.

La llegada del jeque, que en los primeros años realizó inversiones millonarias, generó una ola de entusiasmo como no se recuerda en la ciudad andaluza. Se contrató a Manuel Pellegrini para el banquillo y llegaron fichajes de campanillas -Cazorla, Baptista Demicheles, Joaquín e Isco, entre otros- ,que llevaron al equipo hasta los cuartos de final de la Liga de Campeones. El entusiasmo de la afición malacitana se vio, sin embargo, disipado a medida que el jeque dejó de invertir en el club al no poder ejecutar éste su proyecto de remodelación del puerto deportivo de Marbella. Al Thani ha ido delegando la gestión en diferentes directores ejecutivos (entre ellos la viguesa Belén Álvarez), que han trasladado al aficionado una cada vez más inquietante sensación de incertidumbre sobre el futuro del club.

No menos inquietud se vive en el Valencia, uno de los pesos pesados de la Liga, con la gestión de Peter Lim. La llegada del magnate singapurés en el otoño de 2014 fue sin embargo vista como una tabla de salvación por la afición de un club que arrastraba una deuda cercana a los 350 millones de euros. Lim se hizo con el 70 por ciento de las acciones por 70 millones y el compromiso de hacer frente al descomunal pasivo del club, con la promesa de reflotar el equipo "para estar diez temporadas seguidas en Champions", además de concluir el nuevo Mestalla. Después de un buen primer año con Amadeo Salvo, el predecesor Lim en la gestión, y Francisco Rufete al frente de la dirección deportiva, Lim delegó toda decisión deportiva en el superagente portugués Jorge Mendes el equipo inició una alarmante deriva negativa que ha generado una importante desafección en la afición valencianista.

Atlético

  • Inversor: Wanda Group
  • Inversión: 45 millones
  • Participación: 20%

Espanyol

  • Propietario: Rastar
  • Inversión: 130 millones
  • Participación: 99,5 %

Granada

  • Propietario: Link intern.
  • Inversión: 37 millones
  • Participación: 98,5 %

Málaga

  • Propietario: A. Al tahni
  • Inversión: 40 millones
  • Participación: 99 por ciento

Valencia

  • Propietario: Peter lim
  • Inversión: 70 millones
  • Participación: 70%

El "Colectivo Nos" pide a Mouriño que haga "lo imposible para que el Celta quede en manos gallegas"

  • El "Colectivo Nós", peña que agrupa a un centenar de aficionados celestes, mostró ayer, a través de un comunicado, su "descontento" y "rechazo" a la venta del club a un grupo inversor extranjero. Los aficionados celestes entienden que Carlos Mouriño está "en su derecho" de vender sus acciones pero critican que esa venta se produzca "a un fondo de inversión", así como el "mutismo total" que desde el club se guarda sobre esta operación. Piden a Carlos Mouriño que no deje el club "en manos ajenas" y que "haga lo posible y lo imposible para que ese paquete accionarial quede en manos gallegas a pesar de que la operación no sea tan rentable económicamente". "Nuestro rechazo no radica en la venta sino en a quién se vende el club", señala el "Colectivo Nós", que apunta además que, en caso de confirmarse la venta del Celta al grupo empresarial sería "un triste epílogo" de la etapa del que, a su juicio, puede ser considerado el "mejor" presidente de la historia del club. "Esta venta iría contra los valores que Mouriño defendió durante la década que ha estado al frente del club, en la que la identidad del club con la ciudad de Vigo y, en particular, con Galicia en general ha sido uno de los pilares que acompañó su política de marketing durante estos años", critican.

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