Jonathan Costas (Vigo, 1993) apuesta por la liga italiana como trampolín hacia cotas mayores. El vigués emprende así el mismo rumbo que en su día tomaron sus excompañeros en el Mosteiro Bembrive, que se ha convertido en un auténtico vivero de talentos para los equipos transalpinos.

Después de una época dorada en Bembrive, con el equipo disputando rondas de Copa del Rey ante nada más y nada menos que el FC Barcelona, la situación económica no dio para más. El equipo vigués se ha visto obligado a dar un paso atrás (ahora milita en Tercera) lo que provocó una desbandada de sus mayores talentos.

Jacobo Amoedo, "Nene", fichó por el Latina Calcio A5 de Primera División. También hasta Italia viajaron Morgade y Mario Paz, para militar en la Serie B. Y ahora Joni Costas, que aceptó la oferta del Castellamonte. En su caso jugará en Tercera.

"Llevo un mes y dos semanas. Tuve que venirme un poco antes para arreglar el tema de los papeles y el tránsfer. Ya tengo todo arreglado y ya puedo jugar. La semana pasada tuvimos un partido de Copa y el 8 de octubre empezamos la Liga", indica ilusionado el vigués.

Precisamente, el encuentro de Copa, en el que se impusieron por 17-3 a un rival de menor categoría, es un presagio de lo que esperan en la liga. "En principio íbamos a jugar Serie B y se ha creado un grupo fuerte, pero al presidente le ofrecieron comprarle la plaza y vamos a salir en Tercera", explica el vigués. "Yo firmé para jugar en la Serie B, pero al final acepté quedarme y jugar en una categoría menos. Es un equipo fuerte para Tercera y el reto es lograr el ascenso", dice.

"Este año es posible que ganemos todos los partidos", anuncia. "Tenemos un equipo para estar arriba ganando". Joni es uno de los dos españoles del Castellamonte, que cuenta además con un par de brasileños y con dos jugadores italitanos veteranos y con experiencia en Primera.

Una vez que les comunicaron la situación en el Bembrive, Costas se puso en contacto con unos amigos que jugaban en Francia y en Rumanía. "A través de su representante me ficharon. Me pidió unos vídeos, los movió un poco y pronto llegaron ofertas. Me surgieron cosas en Francia y también en Suiza", apunta. Pero Italia le sedujo más. "Me decidí por Italia porque me dijeron que el nivel era más similar a España. En Suiza el nivel de su liga es muy flojilla, pese a que el tema económico sí que es más fuerte; y en Francia también el nivel deportivo es más bajo. Italia es lo más similar a España, aunque una vez aquí la verdad es que es muy distinto todo", explica.

Ahora se prepara para vivir una experiencia deportiva y profesional que espera que sea un trampolín hacia mayores objetivos. "El reto es ganar la Copa y ascender a Serie B. Puedo aportar mis ganas de aprender. La ilusión que tengo yo no la va a tener nadie. Intento aprender cada día y entrenar fuerte, porque no me conformo con jugar en Serie B. Lo que busco es una oportunidad en Primera, pero para eso hay que intentar aprender lo máximo posible. Esta es una gran experiencia para mí", añade.

Ahora por fin ya puede decir que está totalmente adaptado. Salvada la barrera del idioma ("ya puedo seguir una conversación en italiano"), en el aspecto deportivo también ha avanzado mucho. "Al principio me costó. Aquí no es tan táctico, en España hay mucha estrategia u aquí tienen una defensa un poco particular", apunta.

En Italia tiene ahora un contrato profesional. "La verdad es que me decidí también a salir porque el tema del trabajo en España estaba complicado. Lo duro es estar lejos de la familia y de mi novia, pero intentamos llevarlo", dice con 'morriña'.

También siente añoranza de aquella época en el Mosteiro. "Teníamos un grupo muy bueno, de mucha calidad. Manolo (el presidente) y Pitu (el ténico) intentaban hacer algo más serio, pero era imposible. Los medios eran los que eran. El tema económico estaba complicado. Tenían que sacar de donde no había para estar ahí donde estábamos", recuerda.

"Allí hay gente que sabe mucho de fútbol sala y van a seguir ahí y no tengo ninguna duda de que el Bembrive va a volver a donde se merece", anuncia. "Aquella fue una etapa bonita y la recordaré toda mi vida". De aquella etapa se lleva un gran grupo de amigos, muchos de los cuales también están en Italia jugando. "Éramos todos muy amigos y seguimos en contacto. Cuando vamos a Vigo quedamos, somos amigos y jugamos torneos de verano juntos. No tengo dudas de que lo van ha hacer bien allá donde estén porque tienen calidad para triunfar".