El Oviedo Moderno, que se llevó la Liga 2012/13 a costa del Olivo y que aquel año acabó ascendiendo a Primera, demostró ayer que desea una estancia corta en su regreso al segundo escalón del campeonato nacional. Tras su empate en la primera jornada frente a otro de los favoritos, el Deportivo, en As Relfas demostró toque y calidad, aunque escaso gol, valores que dejaron en evidencia a un inocente Sárdoma.

En realidad, Marcos Canle, entrenador de las locales, ya había advertido desde el principio que su equipo no era comparable al Olivo de la campaña anterior. Cierto que cuenta con ocho jugadoras llegadas de una tacada del campeón, pero también que El Olivo llevaba tres años desangrándose con la marcha de Sara Tui, de Carol, y este verano de Natalia, Pauleta, Carla? demasiadas 'jugonas' se han ido del fútbol vigués en muy poco tiempo.

Así, a las primeras de cambio, el conjunto ovetense afeó la trayectoria liguera sardomista. Desde luego, fue una pésima jornada para las blanquiazules: en uno de los grandes partidos de la temporada la grada ofrecía un aspecto flojo, con escaso ambiente -la mitad del que se ve en el Pahíño en un partido de este calibre-; el equipo, maniatado por el técnico juego visitante, se pasó la primera parte achicando balones, incapaz de hilar dos pases seguidos. Decepcionante.

El Oviedo Moderno salió mimando el cuero, con clase. Su centro del campo impuso físico y calidad y las bandas apretaban a las viguesas. "¡Quered el balón!", se gritaba desde las filas locales. Pues no. O iban tras él o lo perdían a las primeras de cambio. Desesperante. No obstante, el once visitante parecía inhabilitado para marcar. En los metros finales le faltaba pegada, audacia, instinto, y el encuentro avanzaba hacia el 0-0 de la impotencia. Hasta que llegó un disparo desde fuera del área al centro del arco y el regalo de la portera local en el segundo minuto de juego de la segunda mitad. Increíble.

En condiciones normales el partido estaba sentenciado. Había un equipo bien plantado y otro timorato en su propio campo. Pero Canle dio entrada a Ceci en la banda y situó en el centro de la delantera a Tania. De repente, el Sárdoma acercó al balón al área rival. Lo que no había hecho en una hora de juego. Bastaron dos toques de Tania con criterio. El Sárdoma siguió sin disparar a puerta (salvo un buen testarazo a saque de falta que se anuló por fuera de juego) pero al menos dio sensación de intentar empatar, lo que ya fue mucho tras la sosa imagen del primer periodo. Eso sí, los cuatro minutos de descuento fueron una agonía: las locales solo consiguieron pasar de medio campo en una oportunidad. Ni prisas ni balones colgados.