El Sevilla y el Barcelona se juegan hoy en el Ramón Sánchez Pizjuán y el miércoles en el Camp Nou el título de la Supercopa de España y, además, la confianza de sus respectivas aficiones en los proyectos de Jorge Sampaoli y Luis Enrique, tras las dudas defensivas suscitadas en pretemporada.

Sevilla y Barcelona volverán a verse las caras en una final tras la de la Copa del Rey de 2016, que ganaron los de Luis Enrique en la prórroga por 2-0, y la de la Supercopa de Europa del año pasado, en la que los barcelonistas también se impusieron por 5-4 en el alargue.

El Sevilla de Sampaoli se presentará ante su afición después del doloroso varapalo que sufrió en la final de la Supercopa de Europa que perdió ante el Real Madrid y que, pese al buen juego desplegado por momentos por los sevillistas, ha podido dejar en el aire alguna duda sobre la idea del santafesino. El cuadro andaluz afronta la exigente ida con las dudas de Vicente Iborra y Nico Pareja, que salieron tocados de la final de Trondheim (Noruega); y con las bajas seguras de Carriço, también convaleciente, y Kolodziejczak, quienes no podrán jugar ninguno de los dos partidos de la final por sanción. Tampoco podrá entrar en la convocatoria el portero suplente, David Soria, quien el pasado jueves se fracturó tres falanges de su mano derecha.

El Barcelona, por su parte, afrontará este primer acto de la final sin Neymar y Rafinha Alcántara, que están disputando con Brasil los Juegos Olímpicos, y el portero Marc-André ter Stegen, de baja por un esguince de rodilla. También con la duda de si el defensa Jordi Alba, que ayer volvió a ejercitarse tras encadenar varios problemas físicos, está en condiciones de entrar en el once titular.

La ausencia de Ter Stegen cierra, de momento, el debate en la portería y confirma de nuevo la titularidad de Bravo, y la falta de rodaje de Alba otorgaría la plaza de lateral zurdo a Digne, uno de los nuevos fichajes del Barça. De hecho, Digne se perfila como la única cara nueva del once azulgrana.

La fragilidad defensiva ha sido el único pero de un equipo que, nuevamente liderado por un Messi excelso, ha ofrecido buenas sensaciones.