El español Bruno Hortelano logró el viernes por la noche en Londres el récord de España en los 200 metros al establecer un tiempo de 20.18 segundos y finalizar en la cuarta posición en una prueba que conquistó con creces el jamaicano Usain Bolt con 19.89, quien en su vuelta a la competición tras una pequeña lesión, acreditó su buen estado de forma de cara a la cita brasileña.

Hortelano, que fue de menos a más, realizó un final sensacional para entrar en los libros de historia del atletismo nacional y acabar con la anterior plusmarca, también en su poder (20.39) desde hace apenas dos semanas.

A sus 24 años, y después del oro continental en Ámsterdam, el velocista español demostró su capacidad para competir con los mejores en Londres, sede de la décima prueba de la Diamond League, en un doble hectómetro dominado por Usain Bolt.

El jamaicano, que regresó al tartán donde se proclamó campeón olímpico hace cuatro veranos, no tuvo rival al imponerse por delante del panameño Alonso Edwards (20.04) y del británico Adam Gemeli, que paró el reloj en 20.07. Apenas un décima después entró Bruno Hortelano.

El español, nacido en Australia, ilusiona de cara a los Juegos de Río, donde intentará seguir compitiendo con los mejores velocistas del mundo. Este viernes, en un escenario de postín, el ingeniero dejó claro que está dispuesto a continuar reescribiendo la historia del atletismo nacional.

Harrison

En la primera jornada de la Diamond londinense también destacó por el récord mundial conseguido por la estadounidense Kendra Harrison en los 100 vallas, donde estableció un cronómetro de 12:20 segundos.

La corredora americana, que no estará en los Juegos Olímpicos de Río al no conseguir el billete en los durísimos controles nacionales tras quedar sexta en la final, puso fin a un récord de 28 años que ostentaba la velocista búlgara Yordanka Donkova (12.21 segundos), uno de esos récords que corresponden a un tiempo en el que los atletas (y sobre todo las atletas) del Este alcanzaban registros sorprendentes siempre oscurecidos por el dopaje de Estado que se desarollaba en sus países de origen.