Irregular estreno veraniego del Celta, que cedió ante el Lugo la primera derrota de la pretemporada en un duelo de luces y sombras. Luces en un primer tiempo, en el que Berizzo alineó un conjunto de cierto empaque y dominó a placer el juego; sombras tras el intervalo con un grupo integrado, mayoritariamente por futbolistas del filial, que dieron aire al conjunto de Luis César y acabaron regalando el partido en dos acciones de balón parado mal defendidas. Una derrota agridulce, en un duelo a beneficio del Gran Peña, que deja algunos detalles interesantes y ha servido al equipo para engrasar su maquinaria después de 12 días de intenso trabajo físico.

Arrancó Berizzo con un once mixto, mezclando pesos pesados, meritorios y canteranos, con Sergio bajo el travesaño, defensa de cuatro (Mallo, Cabral, Costas y Planas); Wass y Pape en el doble pivote; y una interesante línea de cuatro atacantes liderada en punta por Aspas, arropado por Drazic como segundo delantero y Bongonda y Brais Méndez, la nueva promesa emergente, arrimados a los costados.

Con tales mimbres y ante un rival menos rodado, con apenas una semana de trabajo encima, no tardó el Celta en adueñarse del partido, que fue un paseo militar casi desde que el balón echó a rodar. Facilitó mucho las cosas el tempranero golazo de Brais Méndez, un chico que va a dar mucho que hablar y que, como Pape, la revelación del pasado verano, oposita a un puesto en el primer equipo. El joven vigués aprovechó un boquete en el centro de la defensa del Lugo para adelantar al Celta con un trallazo raso que hizo inútil la estirada del portero.

El gol no alteró al Celta, que circuló con fluidez la pelota y cerró al rival cualquier resquicio para armar el contragolpe. Aunque a estas alturas faltó velocidad en la construcción de ataque, los celestes gestionaron con inteligencia los tiempos del partido, explotaron el recurso de las bandas, especialmente la derecha, y generaron peligro más que suficiente como para haber ampliado su cuenta. Aspas en un par de ocasiones, Brais y Drazic, que dejó muy buenos detalles cortejaron el gol aunque el marcador no se movió ya en un primer tiempo de monocolor local. El Lugo, que solo disparó en una ocasión (muy alto) contra la meta celeste, nunca llegó a inquietar a Sergio, que vivió un primer tiempo completamente apacible.

Tras el intervalo, el preparador celeste solo dejó en cancha a Brais y modificó el resto del equipo. Entraron entonces Lemos y Naranjo, los dos refuerzos presentados hasta la fecha, y un puñado de gente del segundo equipo, arropados apenas por Rubén, que suplió a Sergio entre los palos, Sergi Gómez y Jonny.

Gustó Lemos, que ofreció buen manejo de balón y se le vio estimulado frente a su exequipo, y no brilló Naranjo, que actuó como media punta y falló un mano a mano con todo a favor ante José Juan. En el segundo tiempo, con el carrusel de cambios, las fuerzas se igualaron, circunstancia que el Lugo aprovechó para empatar el partido en una acción a balón parado, un córner botado desde la derecha que Ignasi de Miguel cabeceó fuera del alcance de Rubén tras superar a su marcador en el salto. El conjunto de Luis César pudo incluso ponerse por delante en una pérdida de balón que dejó a Keko frente a frente con Rubén y que el delantero rojiblanco envió, con todo a su favor, a la derecha de la portería celeste. La pérdida del control en el medio campo, del que en el primer tiempo fue el Celta dueño absoluto con Wass y Pape al mando, propició la mejoría del Lugo, que olfateó la sangre y aprovechó otra ocasión a balón parado para llevarse el partido. Fue de nuevo un córner -esta vez botado por el excéltico Yelko Pino- la perdición del Celta, que no pudo impedir que, en el primer palo, Pita cabecease el balón al fondo de la red e infligiese al Celta la primera derrota de la pretemporada.