Inglaterra, con el equipo más joven en casi medio siglo, afronta esperanzada su debut en una gran competición, hoy ante Rusia en el Velódrome de Marsella, donde debe demostrar qué hay tras las enormes expectativas abiertas en una fase de clasificación perfecta. Pocas veces los "pross" han acudido a un torneo con tanto apoyo. Acostumbrados a ver defraudada su esperanza, la hinchada inglesa siempre desconfió de su selección, la única campeona del mundo que no ha pasado de la ronda de semifinales en una Eurocopa.

Pero ahora es distinto. Tras sumar 10 victorias en otros tantos partidos de clasificación y mostrar al mundo a una nueva generación de jugadores, Inglaterra vuelve a soñar, por lo menos, con recuperar el espíritu de 1996, cuando como anfitriones sólo una tanda de penaltis frente a Alemania los alejó de la final, en pleno apogeo de la generación liderada por Paul Gascoigne.

La primer prueba que debe superar Hodgson es acertar con un equipo en el que, parece, que no combinan juntos Wayne Rooney, Harry Keane y Jamie Vardy.Pese a que Rooney se ha reconvertido casi en centrocampista, cuando ha alineado a los tres, al contrario de lo que se esperaba por su enorme potencial ofensivo, Inglaterra no ha encontrado vías de penetración en la zaga rival.

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Por eso, parece que el descartado será el último en llegar; Vardy que con 29 años debuta en una gran competición tras su explosión esta temporada con el Leicester. En su lugar podría entrar Adam Lallana o Raheem Sterling, que aporta más juego por las bandas.