Será difícil que la atención de Ucrania se centre en la Eurocopa. La guerra civil también afecta a la tranquilidad de la selección, especialmente tras la polémica entre dos de sus integrantes, Stepanenko y Yarmolenko, indiscutibles los dos y provenientes respectivamente del Shakhtar y el Dinamo, enemigos por motivos políticos. Los jugadores del Shakhtar acostumbran a responder en ruso las preguntas formuladas en ucraniano. El de la unidad en la selección es el principal reto al que se enfrenta el seleccionador Fomenko. Olvidados los tiempos de Shevchenko, indiscutible figura en los años 90, Ucrania intenta volver a llamar la atención con un fútbol menos talentoso pero más coral. Stepanenko es el pulmón del equipo en el medio, el sevillista Konoplyanka es el extremo más incisivo y Rotán es el encargado de que el ataque se aleje de lo previsible. El reto está claro: que solo se hable de fútbol durante el mes de competición.