El Giro de Italia disfrutó de su segunda jornada de descanso tras la contrarreloj de Chianti, que lejos de aclarar las posiciones entre los grandes favoritos, dejó la carrera más abierta de los esperado, con Nibali, Valverde y Landa en un margen de 25 segundos. Y queda toda la montaña por delante.

El más beneficiado fue Landa, sin duda, quien contaba con perder tiempo en la crono, pero los progresos del ciclista alavés, tercero en el Giro 2015, se han revelado sorprendentes. A lomos de su Pinarello Bolide confirmó que es un serio aspirante a la maglia rosa.

El pelotón descansó ante la semana que le espera. Hoy, un aperitivo con la llegada a Sestola, con casi 8 kilómetros al 5 por ciento de pendiente media. Mañana, otro maratón de 227 kilómetros que incluye el ascenso a Forcella Mostaccin, que son 3 kilómetros con rampas al 16 por ciento, situado a 20 de meta. No todo serán apuros, pues el jueves el perfil es llano hasta la meta de Bibione. Otro cantar será el fin de semana. La hora de la verdad del Giro empieza el viernes, con una etapa que incluye cuatro puertos de entidad: Cima Porzus (1ª) y Valle (2ª) serán los más exigentes, con el último a 15 de meta.

Los Dolomitas aportan una etapa de pánico entre Alpago y Corvara, con seis puertos: Pordoi (9,2 km al 6,9%), Sella (5,5 al 7,9%), Gardena, Campolongo, Giau, (9 kilómetros al 9%), y Valparola (11,5 kms con los últimos 5 al 6,7%). Por si fuera poco en este recorrido de 210 kilómetros, antes de meta hay una subida de 3,9 kilómetros km con desniveles de hasta el 19 por ciento.

Es el Giro en su máxima expresión. Y el domingo la semana se cierra con la cronoescalada de Alpe di Siusi, 10,8 kilómetros con casi 9 de subida al 8,1 por ciento de desnivel medio.

Por su parte, el equipo Katusha ha expulsado a su corredor ruso Alexey Tsatevich del Giro por "chupar rueda" durante varios kilómetros en la contrarreloj individual disputada en Chianti.