El Octavio cedió ayer un empate en As Travesas (30-30) que le mantiene en la última plaza de la tabla y que permite a su rival, el Cisne, llegar vivo a la última jornada.

El conjunto pontevedrés se ha visto beneficiado por la derrota de La Roca ante el Nava (27-29) y llega a la última jornada dependiendo de sí mismo en un partido en el que, precisamente, se jugará la salvación con La Roca.

El de ayer fue un derbi vibrante, intenso, a mil revoluciones. Se peleó cada balón, se discutió mucho, se falló lo imposible (hasta en la mesa de cronometraje) para acabar con un reparto de puntos que solo deja satisfechos a los pontevedreses. El Octavio pierde la oportunidad de no acabar último ante una posible renuncia en la categoría que redujera aún más el número de descensos.

Pudo condenar ayer el Octavio al Cisne, pero no lo hizo. El equipo de Jabato llevó las riendas durante buena parte del partido. Llevó la iniciativa en el marcador hasta el minuto 36, en el que Pablo Chan establecía el 19-20 que obligaba a los académicos a un esfuerzo extra para evitar que su rival se hiciera dueño de As Travesas.

Llegaba el Cisne a Vigo ahogado por la necesidad de ganar ante un Octavio ya descendido. Las urgencias se instalaban en el equipo pontevedrés, al que le costó sentirse cómodo sobre la pista del Central, pese a estar arropado por un gran número de aficionados en la grada. El primer empate en el electrónico no llegaría hasta el minuto 8, tras un gol de Chan (5-5). Con el 13-11 Jabato solicitaba un tiempo muerto para calmar los ánimos en su equipo, mientras que el Cisne exprimía sus recursos y cambiaba hasta al portero. Gran acierto, ya que Juancho Novás lo paró casi todo, para desesperación de los jugadores del Octavio.

El Cisne pudo recortar distancias al descanso gracias a un gol de Pombo de falta directa con el tiempo cumplido (15-14).

La segunda parte empezó de forma trepidante. El Cisne quería resolver pronto y el Octavio no estaba dispuesto a hacer concesiones. La exclusión de Conde permitió a los de Nano Martínez recortar distancias, e incluso ponerse por delante en el marcador, pero Quintas, Méndez y Silva volvían a poner las cosas en su sitio. Jabato pidió otro tiempo muerto cuando el Cisne volvío a tomar la delantera (23-24). Recurrió a la estrategia, sacó la pizarra, diseñó jugadas, dibujó flechas, fintas... pero no salía nada. El Cisne estaba lanzado, se negaba a morir. A falta de tres minutos el Octavio mandaba por un solo gol de ventaja (29-28). Rafa Dasilva ponía el empate a 29 y el gol de Méndez hacía al técnico del Cisne a parar de nuevo el partido. Rial marcaba el 30-30 y mantenía con vida a su equipo.