Teresa Portela se impuso en el control selectivo nacional que se disputó en Trasona (Asturias) en la prueba de K-1 500 metros. Pero a pesar de ello no estará en el preolímpico en Duisburgo (Alemania). A esa competición tiene derecho ahora Begoña Lazcano, que fue segunda, aunque no es seguro que acuda. La decisión la tiene la deportista de Cangas que se ha ganado el derecho a decidir las pruebas en las que participará en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

El proceso es complejo. Todo arranca el pasado verano. Teresa Portela se ganó la plaza olímpica en K-1 200 metros en el Campeonato del Mundo celebrado en Milán. Garantizó su presencia en Brasil. Ahora se presentó al selectivo en la distancia de 500 metros, en el que se impuso de forma agónica, aunque no acudirá al preolímpico.

Pero Teresa Portela se ganó en Asturias quizás algo más importante. En su mano está la decisión de participar en las dos regatas, en 200 y 500 metros, en Brasil. Si decide afrontar las dos distancias dejaría en casa a Begoña Lazcano. También podría suceder que la palista vasca acudiera al preolímpico y ganara su plaza. En ese caso, ambas podrían pactar un K-2 y así la gallega afrontaría tres pruebas olímpicas, algo improbable. O que Portela optase por competir solo en 200 y dejase el medio kilómetro a Lazcano si es capaz de lograr plaza en el preolímpico.

De todas formas, lo más normal sería que Begoña Lazcano no lograra su plaza en el preolímpico continental. Teresa Portela tendría el camino libre para poder afrontar las dos pruebas en solitario, ya que tiene su plaza segura en 200 metros y no habría ningún barco español en 500 metros. Todo este proceso se decidirá en las próximas semanas, ya que el preolímpico de Duisburgo se disputa dentro de doce días.

Lo que también dejó claro la palista de Cangas fue gran carácter para afrontar la competición. En Asturias salió regular y se vio superadas al inicio por sus rivales, pero se recuperó en el tramo final. Fue una regata espectacular y donde Teresa Portela impuso su sello personal y su enorme capacidad para competir. En Río de Janeiro vivirá sus quintos Juegos Olímpicos y parece dispuesta a quemar como se merece esa traca final en busca de la medalla que hace cuatro años se le escapó por apenas unas centésimas.