El Manchester City, gracias a un tanto del belga Kevin De Bruyne, derrotó al París Saint-Germain (1-0) y certificó por primera vez en su historia su presencia entre los cuatro mejores equipos de Europa.

El conjunto inglés hizo bueno el 2-2 que se llevó de París y, en un partido muy serio, en el que incluso falló un penalti. Manuel Pellegrini decidió no alterar lo que le funcionó en la capital francesa y apostó por los mismos once hombres que sacaron el valioso empate del Parque de los Príncipes.

Enfrente, un PSG que, tras su inversión multimillonaria en los últimos años, ansiaba hacer historia e igualar las semifinales de la temporada 1995/1995. Sorprendió Laurent Blanc con su once, dejando de lado su habitual 4-3-3 para optar, ante las ausencias de Blaise Matuidi y David Luiz, por un 3-4-1-2.

El empate a cero le valía, pero el City salió, tal y como había prometido su entrenador, buscando el tanto que allanara el pase a semifinales. El PSG, por contra, parecía agarrotado, buscando en exceso a un Di María que hacía lo posible por moverse entre líneas ante el férreo marcaje de Fernando y Fernandinho.

La mejor ocasión de los ingleses llegó, cuando, en el minuto 28, tras un fallo de Aurier, Agüero se plantó solo y fue derribado dentro del área por Trapp.

El árbitro, el español Velasco Carballo, decretó la pena máxima, pero perdonó la roja al meta alemán. Sin embargo, el 'Kun' no aprovechó la ocasión y su lanzamiento desde los once metros se fue fuera por centímetros ante la alegría de un aliviado Trapp.

Sabiéndose eliminado, el PSG se fue al ataque buscando el gol y comenzó a embotellar al City. Resistieron los locales las acometidas rivales y comenzaron a soltarse en ataque. Tocaban y tocaban en el campo del PSG Agüero, Silva, Navas y De Bruye hasta que en el minuto 75 llegó el 1-0.