Ibaka funciona con la precisión de un reloj, regular en toda sus manifestaciones. Sus estadísticas apenas varían de mes a mes en cada campaña y apenas igualmente de año en año aunque pueda haber sido menos brillante en la actual campaña. Ibaka se adapta a cada necesidad que el colectivo plantea. Al fin con Durant y Westbrook sanos, ha dado un paso atrás, sin que le duela ni un ápice su condición de secundario. Es cierto que su juego también ha dejado de evolucionar, anclado a nivel ofensivo en su efectivo tiro de media distancia y demasiado limitado de espaldas al aro. Gran campaña de los Thunder, con el infortunio de coincidir con unos Warriors y Spurs estelares. Ibaka irá seguro a los Juegos si no está Marc Gasol y si está, probablemente también.