"Este tío va para ídolo", comentaba un celtista mientras veía los diferentes vídeos que circulan en Internet sobre Guidetti. El delantero sueco no solo deja huella por su trabajo incansable dentro del terreno de juego, sino que su carácter extrovertido, alegre y positivo ha calado en la afición desde su desembarco en Vigo el pasado verano.

En El Molinón Guidetti escribió un nuevo episodio sobre su adaptación a Vigo y al Celta. El nórdico no pudo batir a Cuéllar, pero su fútbol permitió abrir espacios para que Nolito y Aspas dispusieran de las acciones más claras para que sumar tres valiosos puntos en la lucha por la Europa. Lo mejor, sin embargo, estaba por llegar. Los jugadores de Berizzo agradecieron el apoyo del millar de aficionados que se desplazaron hasta Gijón.

La grada se entregaba a sus ídolos hasta que Guidetti decidió ejercer de líder e influenciar en la banda sonora de la fiesta. Primero pidió silencio para entonar los primeros versos del himno del Celta. La afición prosiguió la arenga y continuó con una celebración que todo indicará que terminará con una gran fiesta a final de temporada. Una fiesta en la que el sueco seguro que no defraudará.