El frío y la persistente llovizna que cayó hasta media mañana de ayer en las comarcas de Deza y Tabeirós-Montes marcó el inicio de la temporada de pesca. Aunque los ríos se llenaron de pescadores -tanto en los cotos como en los tramos libres- y, en general, el agua un tanto enlodada y el caudal alto incitaban al optimismo, el volumen de capturas fue muy desigual.

En Deza, las capturas fueron muy desiguales y los ríos más grandes apenas ofrecieron recompensa a los pescadores. Fueron los tramos de menor caudal en los que lograron más satisfacciones pero, como en todo, la suerte no sonríe siempre a todos por igual. En el coto de Rodeiro, las capturas eran muy dispares. Algunos lograban hasta seis piezas pero la tónica dominante dejaba solo una o dos truchas. La mayoría optaba por cebo vivo, como lombriz y babosa. Por el contrario el río Asneiro, en Lalín ofrecía mejores resultados, incluso se lograban ejemplares de grandes dimensiones que sorprendían gratamente a los pescadores. Fue el caso de Fernando Varela que lograba un ejemplar de 59 centímetros y 1,8 kilos en el lugar de Os Muiños (Vilanova). Una trucha que capturó con lombriz y "que costó sacar del agua".

En Silleda se presentaba un panorama muy similar. El río Deza apenas ofrecía capturas. "Durante la mañana de nueve pescadores que estábamos en un tramo del río ninguno logró nada", apuntaba Jesús Caramés, presidente de la Sociedad de Caza y Pesca. Una situación que se repetía por la tarde. La cara amable la mostraba el río Toxa que permitía que algunos incluso se acercaran al máximo de diez piezas por pescador. Fue el caso, por ejemplo, de dos trucheros que lograron ocho ejemplares cada uno.

En la comarca de Tabeirós-Montes, la mayoría de los pescadores logró alguna pieza. Optaron mayoritariamente por cebo natural (lombriz y babosa) o cucharilla. Pero mientras que la mayoría contabilizaba entre 2 y 4 truchas, hubo algún deportista que despuntó. Este fue el caso, por ejemplo, de José Manuel Muiños Otero, vecino de Santa Cristina de Vea. A sus 49 años, lleva pescando desde que "aprendió a nadar", a los 8 años Ayer, en el coto de Souto de Vea logró extraer un total de 10 truchas. En el proceso, incluso devolvió al río cuatro ejemplares que no alcanzaban la medida permitida "para que sigan creciendo". Muy satisfecho por cómo le había ido el día, ya por la tarde, comentaba que tal vez el "secreto"de lograr tantas capturas radica en mover el cebo lo más posible" para incitar a los peces a picar. Lograrlo es lo que le incentiva. Su sabor no le entusiasma y limpiarlas es bastante laborioso por lo que ayer barajaba agasajar a "algún amigo" con el grueso de sus capturas.