Hay abismos imposibles de salvar. Pero a veces los milagros también existen. A la fe es a lo que debe aferrarse el Octavio en este calvario en el que se ha convertido la segunda vuelta y en el que cada partido es una auténtica final por la salvación.

La de hoy es, quizá, una final mucho más trascendente, ya que se enfrentan los académicos a un rival directo en su lucha vital. Los de Jabato reciben al Amenabar ZKE, que con un partido menos disputado, aventaja a los vigueses en 5 puntos. Un abismo.

Lo fácil, viendo la situación, sería arrojar la toalla y nadar, lentamente, hasta el fin. Pero no, el Octavio, dando una lección de orgullo, se empeña a luchar, con sus escasos recursos, porque mientras haya una mínima esperanza de vida, no se rendirá jamás. Es la esencia de un club que cumple sus 50 años de historia en su momento deportivo más complicado.

Será un celebración agridulce, pero lo que está claro es que al Octavio siempre le quedará esa satisfacción de haber luchado siempre hasta la extenuación, sin haberse dejado nada en el tintero.

Los números no mienten. Quizá incluso arrojan una realidad sumamente cruel. La salvación se convierte, con el paso de las jornadas en una quimera, pero los de Jabato aún respiran y se han empeñado a luchar hasta el último aliento.

El partido de esta tarde ante el Amenábar es el primero de una serie de tres encuentros a vida o muerte. Las tres últimas balas que se guardan los vigueses en la recámara. Ganar hoy será fundamental para afrontar con energías renovadas y algo más de ilusión los siguientes duelos ante Nava y La Roca, penúltimo y duodécimo, respectivamente en la clasificación.

Las urgencias de los rivales pueden jugar a favor de los intereses de un cuadro rojillo que, pese a no puntuar desde la octava jornada, en la que se impuso al Juanfersa Comunicalia por 22-17, aún se aferra a la vida. Aunque las opciones de salvación sean casi imposibles.

Para el partido de esta tarde, la única ausencia en las filas académicas será la de su eterno capitán Cerillo, que sufre una rotura fibrilar en el sóleo.

Por lo demás no habrá novedades en una plantilla que espera que se complete el acoplamiento del reciente fichaje, el primera línea polaco Paul Haugaland, para que su aportación sea decisiva.

Jabato ya anunciaba esta semana que "la victoria ante Amenabar pasa por tener mucha intensidad", y aplicará esa máxima tanto al ataque como a la defensa. También apela a las ansias de revancha tras la derrota en el partido de la primera vuelta.