Nunca llegó a jugar en el Catoira, ya que con ocho años ya militaba en el Arosa. Sin embargo, el portero del Celta Sergio Álvarez, O Gato de Catoira, nunca pierde la ocasión de acercarse al campo de As Lombas para ver las evoluciones de los más de 60 niños con los que cuenta el Catoira. Como agradecimiento, el club le tributó ayer una especie de reconocimiento en el que participaron todos los niños, y en el que pudo aconsejarles sobre cuales deben ser sus prioridades: esfuerzo, constancia y nunca olvidar los estudios. El momento más emotivo se vivió cuando la propia madre del jugador le entregó una pequeña placa en nombre de la entidad. El coordinador de la base del Catoira, Juan Laxes, agradeció a "O Gato" su presencia , una vez más, en el campo de As Lombas, donde el nombre de Sergio Álvarez es un ejemplo a seguir.