El Academia Octavio y el Cisne se juegan la felicidad navideña, especialmente el equipo vigués. La escuadra pontevedresa, recién ascendida, sabía desde el inicio que ha de pelear a dentelladas por la permanencia. El Octavio, tras bordear el play off de ascenso la pasada temporada, se ve dramáticamente inmerso en esa pelea. El derbi de esta tarde en el pabellón municipal de la capital provincial, al menos a corto plazo, ha adquirido una trascendencia tremenda.

El Octavio llega como colista, con solo cuatro puntos en trece jornadas. El Cisne es antepenúltimo con seis, cerrando la zona de descenso. El Amenabar abre la de salvación con siete. Los académicos, aunque todavía tengan mucho terreno por recorrer, corren el riesgo de empezar a descolgarse. Una situación difícil de gestionar por una plantilla adolescente, ya frágil en lo anímico.

Pero al menos parece que la sucesión de desgracias de todo tipo que ha sufrido el Octavio empieza a remitir. El equipo ha competido bien en sus dos últimos desplazamientos. El pasado sábado en Barcelona, ante el filial azulgrana, reapareció Óscar Silva dos meses después de haberse fracturado la mandíbula en un entrenamiento. El lateral derecho vigués es el principal arma ofensiva que maneja Jabato tanto en la primera oleada como en juego estático. En tres de los cuatro partidos que pudo disputar antes de su lesión había anotado ocho goles. Su brazo será necesario en Pontevedra.

Cerillo ha protagonizado el último contratiempo. El capitán se ha lastimado un dedo. En Barcelona causó baja. Ante el Cisne es duda. Mucho depende de su concurso y de que el equipo sepa encontrarlo, enriqueciendo así su juego. Ya ha reaparecido también Toni Corcera tras superar una luxación de hombro.

Son precisamente Corcera y Cerillo los que ejercieron de entrenadores en Barcelona, supliendo a los sancionados Jabato y Peque. Y tendrán que volver a hacerlo, aunque no mucho más tiempo. El Comité de Apelación ha moderado de forma notable las sanciones que Competición había impuesto al Academia Octavio por las protestas a los árbitros del encuentro contra el Bidasoa. Se levanta el partido de clausura de As Travesas y la multa de 1.500 euros. A Jabato se le reduce la suspensión de dos meses a tres partidos; a Peque, de un mes a dos partidos. Ya que ambos cumplieron el primero en Barcelona, ante el Alcobendas, en enero, cuando se reanude la competición, Peque ya podrá dirigir desde el banquillo.

Pero en Pontevedra es todavía el turno de Cerillo y Corcera. En Barcelona, como Cerillo era baja, "dirigió más que yo", revela Corcera. Ante el Cisne quizás ambos vayan intercambiando las funciones dentro y fuera de la cancha. El reglamento no especifica dónde tienen que sentarse Jabato y Peque. Sí les prohíbe dirigir y dar órdenes.

"Aportaremos lo que podamos a nivel técnico y táctico", indica Corcera, que entrena al equipo cadete del club. "Aplicamos los mismos conceptos que cuando jugamos y en la cantera todos los equipos practican el mismo estilo. Proponemos las mismas jugadas que Jabato e intentamos meterle la misma intensidad. En Pontevedra saldremos a jugar lo mejor posible".