Cientos de personas, muy expectantes, rodearon la antigua sede del Círculo Mercantil, que será la futura sede del Celta; en la calle Príncipe, para participar en un acto en el que el club vigués ha celebrado la Navidad rodeado de sus aficionados. La fachada del edificio, envuelta en una lona blanca, parece un enorme paquete de regalo adornado con un enorme lazo azul celeste.

La expedición del Celta, encabezada por los jugadores de la primera plantilla y algunos canteranos, han empezado a llegar en el autobús del club. También estuvieron en las inmediaciones de la sede las caravanas de los políticos en plena campaña por las elecciones generales del domingo, entre ellas la expedición socialista, con el alcalde Abel Caballero, Carmela Silva, Lola Galovart y Ángel Rivas. También estuvo la ministra de Fomento popular Ana Pastor. Varias dotaciones de la Policía Local velaron por la seguridad del evento.

El espectáculo ha arrancado con las sombras de unos gaiteiros sobre la lona blanca que recubre la fachada del inmueble rodeados de un juego de luces azuladas. Acto seguido ha aparecido la proyección del estadio de Balaídos y algunas de las mejores jugadas del Celta de los últimos tiempos.

El locutor ha ido nombrando a los jugadores más emblemáticos de ayer y de hoy a la vez que aparecían sus imágenes. Justo después, un mensaje que animó a los asistentes: "Somos o Celta de Vigo. Somos Galicia".

Después del espectáculo de luces y sonido un coro de gospel, en directo, ha puesto la nota musical al evento justo antes de que se mostrase un vídeo en el que todos los jugadores y Eduardo Berizzo, ataviados con un gorro de Papá Noel, y el presidente Carlos Mouriño felicitasen la Navidad a todos los vigueses. "Con mucho cariño, felices fiestas. ¡Hala Celta!", dijo el presidente, que también habló de tiempos de tranquilidad económica para el club y de la comunión entre la afición y el equipo.

El espectáculo se cerró con la voz del locutor despidiendo a toda la familia celtista desde su nueva sede: "Desde a nova casa, hala Celta". Al terminar el acto los jugadores se quedaron por la zona e hicieron las delicias de los aficionados, con los que charlaron, firmaron autógrafos y se hicieron selfies. Un grupo numeroso de asistentes aprovecharon para corear "¡Augusto quédate, Augusto quédate!".