La victoria de Noruega ante Montenegro en los cuartos de final del Mundial alimenta las esperanzas de la selección española femenia de estar en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Si Noruega se proclama campeona el domingo, España tendrá el billete olímpico asegurado.

Ayer, la selección de Noruega dio un nuevo paso hacia la triple corona tras sellar su clasificación para las semifinales del Mundial de Dinamarca, al imponerse por 26-25 a Montenegro.

Unas semifinales en las que el conjunto noruego se medirá mañana con Rumanía, que protagonizó la gran sorpresa de la jornada al apear a las anfitrionas, Dinamarca, de la competición, tras vencer por 30-31 en la prórroga.

Por su parte, la sorprendente Holanda, que ayer derrotó por 28-25 a Francia, y Polonia, que se impuso por un ajustado 21-20 a Rusia, disputarán la otra semifinal, tras una vibrante jornada de cuartos en la que las porteras se erigieron como las grandes protagonistas.

Especialmente destacada fue la actuación de la guardameta holandesa Tess Wester, que condujo (28-25) el equipo neerlandés por primera vez en su historia a las semifinales de un Mundial, tras firmar un espectacular 48 por ciento de paradas ante Francia.

Polonia, que selló su victoria con un gol de la lateral derecho Monika Kobylinska, disputará por segunda vez consecutiva las semifinales de un Mundial, tras quedar cuartas hace dos años en Serbia.

Lucha por las medallas en la que volverá a estar, como ya es habitual, el conjunto Noruego, tras vencer por 26-25 a Montenegro, que no pudo volver a repetir la victoria que logró sobre las nórdicas en la final del Europeo del año 2012.

Prórroga

Mucho más intensos fueron los instantes finales del duelo entre Dinamarca y Rumanía, que se decidió con un gol (30-31) de la extremo Adriana Nechita a falta de tres segundos para la conclusión de la prórroga.

Tiempo extra que Rumanía hubiera podido evitar si la lateral Cristina Neagu, que cerró el choque con quince tantos, no hubiera errado, ya con el reloj a cero, un lanzamiento de penalti, que condenó a las balcánicas a una prórroga (27-27) en la que Nechita otorgó el triunfo a las rumanas.