El Celta cerró la primera vuelta del campeonato, con una victoria que le permite ascender a la cuarta plaza y ponerse a tiro de piedra las dos primeras plazas, objetivo por el que lucharán los jugadores entrenados por David de Dios.

Los célticos se despedían en A Madroa, en un horario poco habitual, ante el colista de la competición. Un Ourense que solamente había logrado un empate y una victoria lejos de su terreno. La salvación la tienen a cuatro puntos, por lo que se esperaba que llegaran a A Madroa dispuestos a luchar por sacar algo positivo.

Sin embargo la realidad fue otra muy diferente. Cierto es que los jugadores del Celta no ofrecieron la más mínima duda, y desde el primer instante dejaron bien claro que no permitirían que los ourensanos se atrevieran a llegar a su área. El dominio de los vigueses fue continuo y constante, y a los veinte minutos de juego llegó el primer gol de la tarde.

El tanto abrió la lata, y quince minutos más tarde llegaba el segundo, con lo que el encuentro quedaba resuelto antes de llegar al tiempo de descanso.

No cambió la cosa tras el paso por el vestuario. Tanto fue así, que nada más iniciarse la segunda parte, llegó el tercer tanto de los célticos.

A partir de ese momento, el cuadro ourensano trató de no encajar más goles, renunciando definitivamente a las pocas opciones que tenía para salir a la contra y encerrándose todavía más en su área.

El cuadro céltico continuó jugando con toda comodidad, y poco a poco los goles fueron llegando hasta cerrar la media docena que lograron al final del encuentro. El próximo fin de semana, los célticos inician la segunda vuelta del campeonato recibiendo en A Madroa al Sporting de Gijón.