El Academia Octavio es colista en la undécima jornada de la División de Honor Plata. Su peor momento deportivo en el último cuarto de siglo. La permanencia peligra. Y con ella, la supervivencia de un club que en 2016 pretende celebrar el 50º aniversario de su fundación. Jabato se ha reunido con la plantilla. Persigue que el grupo experimente una catarsis a nivel mental. El técnico y el presidente, Javier Rodríguez, ajustan las cuentas y tiran de sus agendas en busca de refuerzos. Dieciocho puntos constituyen la cifra en la que dibujan el horizonte de la salvación.

Las cuentas son del presidente, que suele acertar. Quizás sean necesarios veinte, en la hipótesis más exigente, o alrededor de dieciséis en la que menos. Al final, el único plan válido es ser mejor que otros tres. La clasificación se ha partido más de lo esperado. La frontera entre clases se traza entre el Antequera, octavo con doce puntos, y Covadonga, noveno con nueve. El Octavio solo ha sumado cuatro, los mismos que el Cisne. Pero aún tiene a varios equipos a tiro de un partido: Amenabar (5), La Roca, Nava y Alcobendas (6). Bordils (8) también está incluido en ese grupo de los rivales directos del Octavio.

Son cuentas que esta temporada dependen mucho del calendario, que para algunos conjuntos ha quedado algo desequilibrado. El factor cancha pesa mucho en Honor Plata, no solo por su influencia en los arbitrajes, sino por las condiciones en que la mayoría de escuadras realizan sus desplazamientos (en autobús, el mismo día del partido...). De hecho, para el Antequera esos doce puntos son ahorros necesarios porque la segunda vuelta se les hará empinada. En el Octavio esperan lo contrario. Solo el Nava ha visitado Vigo. Amenabar, Bordils y La Roca tienen que pasar por el Central. El Cisne (primero en Pontevedra) y Alcobendas (primero en Vigo) serán los adversarios contra los que los académicos cerrarán esa primera ronda. Sin descartar la sorpresa ante Palma del Río o Barcelona B, en el club confían en ganar al menos uno de esos dos encuentros y afronta así la segunda vuelta con entre seis y ocho puntos.

Incluso en el mejor de los casos, el Octavio se moverá con un escaso margen de error en el tramo decisivo del campeonato. Aunque el cuerpo técnico espera que será con una plantilla más sólida. Óscar Silva, el principal artillero, que se fracturó la mandíbula hace dos meses, ya ha empezado a entrenar. De Cerillo se cuenta con que irá cogiendo ritmo y que el equipo mejorará su circulación para encontrarlo en el extremo. Pero también se hace evidente, a estas alturas, la necesidad de reforzarse.

El primera linea cubano Hechavarría espera al otro lado del Atlántico que se completen los trámites burocráticos y que el Octavio consiga la financiación necesaria. Su llegada supondría un salto de calidad. Javier Rodríguez y Jabato no descartan otros fichajes por vías más imaginativas. Medidas desesperadas en una situación de urgencia. La existencia misma de uno de los clubes más representativos de Vigo está en juego.