Kobe Bryant nunca ocultó que siempre admiró a Michael Jordan. De hecho Bryant llegaba a la NBA en el sorteo de 1996 como un colegial de 17 años que había seguido desde niño toda la trayectoria profesional de Jordan y los Bulls. Era su espejo en todo: el estilo, la personalidad, la condición de líder, los gestos, el egocentrismo y hasta la manera de sacar la lengua.

Después de que los Hornets cediesen sus derechos a los Lakers, Bryant no tuvo reparos en afirmar que quería ser el "mejor del mundo" y para eso se entrenó como nadie. Llegaba cuatro horas antes al campo para comenzar a hacer tiros a canasta.

La gloria de Bryant se inició con la llegada a los Lakers de Phil Jackson, el mismo que había ganado seis títulos con Jordan, y Shaquille O'Neal. Los tres convirtieron de inmediato al equipo angelino en campeón de la NBA. Tim Duncan, de los Spurs, era la imagen perfecta del jugador de equipo y O'Neal el baloncestista más dominante. Pero Bryant los superaba en espectáculo y popularidad.

Pese a su personalidad poco amigable y la acusación de presunta violación, que se resolvió con un acuerdo extrajudicial, Bryant se convirtió por méritos propios en el jugador más importante de la NBA entre el 2000 y 2010. Impidió un vacío que hubiese sido muy difícil de cubrir. Los niños que no pudieron ver a Jordan tuvieron en Bryant a su mejor versión. Las nuevas generaciones capitaneadas por James, Durant y Curry admiran el legado de Jordan y de las otras leyendas, pero el ídolo al que vieron en acción cada noche por la televisión en las finales fue a Bryant, de ahí la grandeza de la "Mamba Negra".

Bryant se convirtió en el maestro "ideal". Una misión que ha sido la que más felicidad le ha dado. Su mentalidad agresiva en el juego y su ética de trabajo han impactado en el resto de la liga.

Su capacidad de liderazgo y autoritarismo quedó demostrado también al forzar la salida del equipo de O'Neal con el que ya no quería compartir jefatura y quiso demostrar que sin él también era el mejor. Lo hizo al lograr dos títulos más de liga que lo dejaron con cinco, sin olvidar sus muchas marcas individuales como los 81 puntos que consiguió ante los Raptors de Toronto.

Bryant ha conseguido todo como jugador, cinco títulos de liga, dos premios de MVP en las Finales, uno en la liga, cuatro en los 17 Partidos de las Estrellas que ha disputado y dos medallas de oro olímpicas con el equipo nacional de Estados Unidos. Gracias al él se han logrado contratos multimillonarios de televisión y se han vendido millones de camisetas con el número 24 en todo el mundo. Pero lo que más ilusión le ha hecho es que al final pudo seguir la estela de grandeza marcada por Jordan, que fue de hecho el primero al que consultó su deseo de establecer una fecha para el final de su carrera porque a él le debía su "amor" por el baloncesto.