El Coruxo ha pasado en muy pocas semanas de vivir en una nube con sueños de gloria a entrar en una profunda depresión que influye decisivamente en su forma de juego y, como no puede ser de otra forma, en los resultados.

Ayer, la Cultural Leonesa se aprovechó de las indecisiones que se apoderan del conjunto vigués en las últimas semanas. Nadie puede negar la actitud, pues si no la hubiera no se recortarían diferencias a nueve minutos del final con la posibilidad de empatar el partido, pero cuando se tiene este estado de ansiedad las piernas pesan y la cabeza no funciona, y todo se hace con el corazón.

La Cultural aprovechó dos malas decisiones en defensa del Coruxo para sentenciar el partido. La primera de ellas fue como un potente impacto en el rostro que dejó noqueado al equipo. Le costó a los vigueses reaccionar, y cuando lo hicieron consiguieron que los leoneses retrasaran líneas, pero se encontraban tan cómodos en esa situación que dejaron que los vigueses tuvieran el balón, pero sin crear excesivo peligro.

En la segunda parte el equipo dio un paso al frente. Comenzó dominando y encerrando en su área a los leoneses, que en su segunda salida lanzaron un nuevo zarpazo que dejó todo poco menos que visto para sentencia.

Rafa Sáez quemó las naves metiendo un nuevo delantero, pero faltaba esa claridad de ideas en la creación del juego ofensivo que permitiera generar alguna ocasión clara de gol. Sí se puso a prueba a Leandro, portero de la Cultural, pero siempre eran disparos lejanos y sin demasiada potencia que el cancerbero leonés despejaba sin demasiados apuros.

El gol de Salinas, a nueve minutos para la conclusión del encuentro, permitió que no se acentuara la depresión de los jugadores vigueses, que parecían verse inoperantes ante la portería contraria. Fueron unos minutos finales en donde los leoneses lo pasaron mal, encerrados en su área y sin querer arriesgar demasiado, saliento solamente a la contra cuando la ocasión era clara.

Sin embargo el Coruxo jugaba de forma precipitada. El pundonor de los jugadores los hacía buscar un tanto que al final no llegó. La última ocasión del encuentro fue para Pedro Vázquez, que disparó muy ajustado pero el balón no quiso entrar.