El lleno de Balaídos sólo depende de la respuesta de los abonados. El club agotó las entradas a la venta a comienzos de semana, bien que con el déficit de las que se pierden por las obras de Preferencia. Se espera en todo caso un ambiente excepcional, con presencia de adeptos madridistas pero sobre todo de un celtismo entusiasmado con este arranque de temporada. Miembros de significadas peñas celestes acompañan a los exjugadores en su visita al estadio. Un instante mágico para muchos de ellos, por primera vez a pie de campo, con la solemnidad o el alborozo de quien visita el altar donde se oficiará a continuación algún tipo de sacramento mágico.

En la tarde del viernes se prepara el cableado de la retransmisión televisiva y se ultiman los detalles escénicos: césped recién cortado, las líneas de cal repasadas... Aún no se han colocado sobre los asientos las cartulinas del mosaico gigante que los aficionados formarán cuando ambas escuadras salten a la cancha. Según ha anunciado el club, en las gradas de Río se podrá leer: "Sempre Celta". De frente, en Marcador, se desplegarán la bandera gallega y el escudo del club. En Gol, el mosaico mostrará un triskel. Tribuna se teñirá de celeste.

La fiesta se redonderá si el Celta derrota al Real Madrid, muesca que unir a las realizadas por haber batido a Barcelona, Sevilla y Villarreal. "Esperamos más que nada que el Celta haga una buena actuación y que al equipo se le empiece a conocer en Europa. Que se note que es un club importante y se asienta", pide Paulo Lamelas, de Irmandiños, que matiza: "Tenemos que tener los pies en la tierra y hacer los puntos para asegurar la permanencia. A partir de ahí, soñar es gratis".

Diego Pereira, del mismo colectivo, sustenta su confianza en los números: "A jornada número ocho, el Celta solo tiene un gol menos a favor que el Real Madrid. Habla muy bien del trabajo que está haciendo el Celta. Aunque esto será largo, hemos empezado muy bien y hay que aprovechar esta dinámica. Cuanto antes dure, mucho mejor".

Christian García, de Preferencia Celeste, también aspira a los máximos objetivos: "Esperamos ver un partido bonito, que el Real Madrid nos deje mover un poco el balón para gozar de un gran día de fútbol y cómo no, que gane el Celta y ponernos líderes".

"Tenemos que ir partido a partido, como bien dijo cierto entrenador", añade Christian, en referencia al conocido mantra que Simeone inculcó a los suyos en la temporada en la que ganaron el título liguero. "Nuestro objetivo no es ni de lejos ganar la Liga. Pero ya va tocando ir a Europa. Cuanto mejor lo hagamos este año, mejor lo haremos el año que viene".

"Cuando venían Real Madrid o Barcelona contábamos con un partido sin puntos. Ahora estamos esperando que lleguen para poder ver fútbol y ganarles", comenta, como mejor indicativo del crecimiento del proyecto vigués.

David Penelas, de Comando Celta, augura: "Será un partido complicado, muy distinto al del Barcelona. El Real Madrid tiene una fase defensiva muy fuerte. Va a cuidarse de ir mucho a por el Celta. No querrán desguarecerse atrás. Será una batalla de quién gana el centro del campo y quién se descubre menos".

Pese a esa mayor solvencia defensiva del Real Madrid de Benítez, Penelas acepta: "Hay más confianza en ganarle al Madrid que al Barcelona. El Barcelona parecía más hecho, más redondo, el campeón de Liga y Europa. El Real Madrid está en construcción. Se ve más factible ganarle".

Penelas disfruta como todos de los elogios que se prodigan al Celta estos días a nivel español: "La clasificación marca mucho. Si el Celta, aun jugando tan bien, estuviese sexto o séptimo, no infundiría tanto respeto. Las matemáticas son las que más respeto infunden".