Digna derrota del Celta en Balaídos frente al Real Madrid en la batalla por el liderato. Los celestes sacaron fuerzas de flaqueza por cada obstáculo que se encontraron durante el partido. Primero tuvieron que sobreponerse a los dos goles tempraneros de Ronaldo y Danilo. Después del descanso consiguieron mantener alta la moral después de estrellarse contra un muro llamado Keylor Navas. Los vigueses tampoco se rindieron tras la rigurosa expulsión de Cabral, que supuso un definitivo jarro de agua fría que los vigueses, nuevamente, consiguieron sacudirse. Nolito recortó distancias con el que seguro será el gol de la jornada y el Celta se volcó en ataque a falta de seis minutos en busca del milagro. En el último minuto del descuento Marcelo sentenció el choque y confirmó la primera derrota de la temporada del Celta.

La afición y Balaídos dieron desde las horas previas al choque el envoltorio que semejante cita se merecía. El Celta y el Madrid saltaron al césped para resolver, en noventa minutos, quien sería el próximo líder de Primera División. El conjunto blanco sería, a la postre, quien se llevaría el gato al agua y todo gracias a ser mucho más determinante en las dos áreas. Los merengues definieron sus ocasiones en la portería contraria y Keylor Navas, probablemente el portero en mejor estado de forma del momento, salvó a los suyos cuando el Celta más apretó.

Los primeros compases del partido delimitaron las posibilidades celestes. El plan inicial del Madrid funcionó a la perfección. La presión adelantada y la jerarquía de Casemiro acorralaron a los hombres de Berizzo, que perdieron muchos balones en la salida de balón y dejaron en dos ocasiones desprotegida la meta de Sergio. La primera a los siete minutos, cuando Cristiano Ronaldo controló dentro del área un envío de Lucas Vázquez. Jonny, que le seguía de cerca en tareas de repliegue, se pasó de frenada y no pudo impedir el tanto del luso. El segundo hachazo llegó poco después de los veinte minutos. Después de otra pérdida de pelota celeste, el Madrid hizo una transición muy rápida y Jesé cruzó un pase que encontró a Danilo, que llegó solo desde la segunda línea. El lateral no perdonó y fusiló a Sergio.

Entre los dos goles Keylor Navas ya había dado muestras de lo que haría después. El meta costarricense evitó el que hubiese sido el gol del empate con un paradón a Orellana. Pero tras el gol de Danilo empezó el recital del meta tico. Primero rechazó de un brinco un disparo cruzado de Jonny con muchísima intención, luego sacó por línea de fondo un libre directo pegado al palo de Wass y antes del descanso volvió a aguarle la fiesta al danés, que soltó un latigazo después de un jugadón de Nolito y se quedó boquiabierto cuando las manos de Navas aparecieron para evitar que la pelota terminase en la red. El show del guardameta madridista no terminó ahí. Todavía tuvo tiempo para lucirse en un cabezazo del 'Tucu' Hernández que iba dirigido a la escuadra.

Con este panorama tan desolador llegó el Celta al descanso. El Madrid había castigado con mucha dureza a los celestes en las dos únicas oportunidades que tuvieron. Mientras tanto, los olívicos, contaron cuatro ocasiones claras desbaratadas por un estelar Keylor Navas. Sin embargo, los celestes no se rindieron en la segunda mitad y siguieron mordiendo al Madrid, sin renunciar al estilo que les ha llevado a lo más alto. Orellana y Wass lo intentaron sin puntería desde fuera del área y el propio chileno erró una situación clara al enviar a las nubes un gran servicio de Nolito al punto de penalti.

Pero el partido todavía iba a ponerse más cuesta arriba con la expulsión de Gustavo Cabral en el minuto 56. El argentino, que tenía una amarilla por una falta previa sobre Marcelo, protestó a Clos Gómez su decisión de sancionar al 'Tucu' por un agarrón. El colegiado, con muy poca mano izquierda, le mostró la segunda tarjeta y dejó al Celta en inferioridad. El carrusel de protestas terminó con amarillas para Aspas, Augusto y Nolito y con la afición tremendamente encendida clamando en contra del árbitro aragonés.

En contra de todo pronóstico, los pupilos de Berizzo no bajaron los brazos. Benítez dio entrada a Isco, que regaló al Madrid unos instantes de buen fútbol. Pero el peligro que generó o terminó o en las manos de Sergio o contra el larguero. En cuanto se apagó el efecto revulsivo del malagueño volvió a resurgir el Celta, comandado por Nolito. Marcelo impidió bajo palos el gol del sanluqueño después de que éste se hubiese marchado de Danilo, Varane y Keylor Navas. El internacional español no dejó de creer en el milagro, y su fe tuvo recompensa con un golazo para enmarcar en el minuto 84. Nolito se hizo un hueco en la frontal, se perfiló para su pierna derecha y mandó un zurriagazo que entró por toda la escuadra después de tocar levemente en el larguero.

Este gol dio esperanza al Celta y al celtismo, que como Nolito, confiaron que el empate todavía era posible. Los celestes intentaron hasta el final sumar un punto. El Madrid terminó pidiendo la hora con cinco defensas sobre el césped. Finalmente, Marcelo marcó en el último minuto del descuento el tanto de la sentencia. Pero eso ya no importó en Balaídos. Cuando Clos Gómez decretó el final del choque, nadie se acordó de los goles en contra y pocos tenían en su mente la expulsión de Cabral. Todo el mundo se levantó a aplaudir y despedir a un Celta que nunca hincó la rodilla en un encuentro plagado de adversidades. Los celestes no consiguen auparse hasta el liderato, pero siguen demostrando que pueden lograr grandes gestas siendo fieles a su estilo. La próxima semana podrán refrendarlo en Anoeta frente a la Real Sociedad.