El Real Madrid volvió a sucumbir en el segundo partido de su historia contra Boston Celtics, curiosamente por el mismo marcacor de 1988 (96-111) en un duelo descafeinado por los numerosos problemas físicos del equipo blanco, que solo acabó con nueve jugadores sanos de la primera plantilla y no pudo evitar la derrota ante el equipo más laureado de la NBA.

Los Celtics volvían a Madrid 27 años después de su anterior visita, pero sin el aura mística de aquella plantilla que contaba con Larry Bird, Robert Parish o Kevin McHale. Esta vez llegaba a la capital española una franquicia en reconstrucción desde hace un lustro y sin estrellas mediáticas para seducir al público español. Tan solo el nombre de Isaiah Thomas traía aroma de baloncesto ochentero, pero no, el base de Boston no es hijo del histórico jugador de Detroit.

En el aspecto deportivo, el Real Madrid, con Rudy Fernández de nuevo ausente por lesión, sacó un quinteto perfectamente titular y mantuvo el tipo en el primer cuarto (23-25) liderado por Trey Thompkins, el mejor del partido con 24 puntos y 8 rebotes.

Felipe Reyes, que no entiende de amistosos, y Sergio Rodríguez, encantado de volver a lucir repertorio ante jugadores NBA, mantuvieron a flote al Real Madrid en el segundo cuarto, en el que perdieron por lesión a Maciulis. Con nueve jugadores sanos de la primera plantilla, el vigente campeón de Europa y de la Intercontintental no podía evitar sufrir y se marchaba al descanso 11 puntos abajo (43-54). Tras la entrada en cancha de Luka Doncic, Laso le dio la alternativa al ala-pívot junior Radoncic. Ante este panorama el Madrid se limitó a resistir ante unos entonados Celtics.