El británico Lewis Hamilton pegaba ayer sobre el tablero de Suzuka todo un golpe de autoridad. Dejó bien a las claras que lo sucedido en la anterior cita de Singapur con los Mercedes fue la excepción a la regla de su dominio, el borrón que se le escapa al mejor escribano, y daba un paso más hacia su segundo título consecutivo y el tercero de su carrera al lograr su octava victoria del año para igualar las 41 de su ídolo Ayrton Senna. Una victoria conseguida por delante de su compañero Nico Rosberg, al que robó la cartera en la salida, y adornada con la vuelta rápida en carrera y con un liderato desde la primera hasta la última vuelta. Sin discusión.

Tras los dos Mercedes cruzaban la meta los Ferraris de Sebastian Vettel y Kimi Raikkonen. Los cuatro primeros en Suzuka ocupan también las cuatro primeras plazas en la general, pero a falta de cinco carreras para la conclusión del campeonato -Rusia y Estados Unidos en octubre; México, Brasil y Abu Dabi en noviembre- ya sólo los tres primeros tienen opciones de hacerse con el campeonato. Ventaja clara para Hamilton, que con 277 puntos supera en 48 (prácticamente dos carreras) a Rosberg y en 59 a Vettel. Kimi ya queda a 158 puntos del británico con 125 por poder sumar.

La carrera se decidió, también como es habitual cuando los Mercedes están en la primera fila, en la mismísima salida. Rosberg tenía la pole pero fue incapaz de aguantar la batalla planteada por Hamilton en las enlazadas dos primeras curvas. El británico le "empujó" hacia la zona sucia, al exterior de la curva dos, y cuando el alemán quería reaccionar se había visto superado también por el Ferrari de Vettel y por el Williams de Bottas, mientras por detrás quedaban descartados de golpe y porrazo Massa (Williams), Ricciardo (Red Bull) y Pérez (Force India) al tocarse entre ellos y sufrir sendos pinchados.

Alonso, que finalmente salió duodécimo, logró ganar esas tres plazas para situarse noveno hasta que sus rivales conseguían coger su rebufo en la recta principal. Ahí el McLaren-Honda no tenía nada que hacer. "Parece un GP2" llegó a decir por radio, decepcionado y frustrado. Finalizó undécimo, en tierra de nadie y de nuevo sin poder sumar, aunque cinco plazas por delante de su compañero Jenson Button.

En cabeza Hamilton, inmenso, ganaba medio segundo por vuelta a Vettel, mientras Rosberg superaba a Bottas en el primer paso por los garajes para cambiar neumáticos (vuelta 18 de las 53 de carrera) para hacer lo propio con Vettel en el segundo (vuelta 31), momento también en el que Raikkonen daba cuenta de Bottas. El inglés apretaba cuando era necesario y una vez logrado el colchón de seguridad de los diez segundos se limitaba a conservar mecánica y neumáticos. Nadie le apretó, nadie puso en riesgo su victoria.

Carlos Sainz sumó un punto. Pudieron ser más, pero en el último paso por el garaje el madrileño golpeaba el cono que señala el "pitlane" y dañaba el morro de su Toro Rosso. Ahí se le escapó Maldonado (Lotus) y en pista se pasaba de frenada (vuelta 45) cuando tenía subido en la chepa a su compañero Verstappen, que le arrebataba ahí la novena plaza.