Javier Gómez Noya (Basilea, Suiza, 25 de marzo de 1983) acumula registros históricos desde que en 1998 inició su carrera. En Vigo disputó ese año su segunda competición, la primera fue en Asturias, y terminó en la quinta posición cuando era juvenil. El próximo fin de semana volverá a la playa de O Vao para participar en el III Desafío Pastor Islas Cíes. Un reencuentro que calificó de "emocionante por lo que representa el regresar a un lugar del que guardo buenos recuerdos". Y lo hace con el quinto título de campeón del mundo. Otro registro histórico en su palmarés.

Desde 2008 no se baja del podio mundialista. Ganó ese año, en 2010 y los tres últimos de forma consecutiva. Fue segundo en 2009 y 2012 y terminó tercero en 2011. También logró la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres y se proclamó campeón de Europa en 2007, 2009 y 2012. Recibió el Premio Nacional del Deporte en 2013 y la medalla de oro del mérito deportivo en 2013. Estuvo varias veces nominado al Príncipe de Asturias del Deporte. Son algunos de los logros de un deportista que también parece tener en el cinco su número ideal. Fueron cinco los triunfos de Miguel Indurain en el Tour de Francia, las mismas medallas que logró David Cal en unos Juegos Olímpicos.

Accesible, deportivo y modesto. Son algunas de las cualidades de Gómez Noya, considerado ya como un icono. Así lo definió Óscar Surís, el presidente de la Federación Gallega de Triatlón. El dirigente señaló que "nos ha dado mucho, nos aporta mucho y es una referencia. Ha dado visibilidad a este deporte, pero no solo por sus triunfos, sino también por su excelente comportamiento".

Un ejemplo por su esfuerzo y dedicación al deporte. Incluso en sus malos momentos. Por ejemplo, cuando una supuesta enfermedad de corazón motivó que la Federación Española de Triatlón le dejara fuera de los Juegos de Atenas. No se rindió. "El triatlón es mi vida", dijo entonces. Y no se dejó vencer por ningún obstáculo. Incluso estuvo en Londres para realizar unos informes médicos que no mostraron ninguna enfermedad.

Esa constancia y trabajo le han llevado a ser ya una leyenda. Lo demostró en antes de proclamarse campeón del mundo por quinta vez. En Edmonton tuvo problemas. No se sentía cómodo. Unas molestias le impidieron entrenarse con normalidad. Pero superó todo eso. Quiso y pudo. Sus palabras definen su actitud: "Ayer no entrené. Hoy sí. Eso es mejoría", resumió.

Javier Gómez Noya tuvo otra lesión de espalda en el año 2010. Le obligó a parar. Siguió un doloroso programa de recuperación que le llevó a regresar entre los mejores. Sus gestas quedaron grabadas con letras de oro y también con imágenes para el recuerdo. Y dice que todavía tiene 'cuerda para rato'.

En Vigo estuvo hace tres meses. Presentó el Desafío Pastor Islas Cíes. "Un orgullo", dijo entonces. Cercano, amable, sonriente pero también consciente de que no había logrado su objetivo esta temporada. "Espero volver con el título, pero hay muchos rivales y muy fuertes", dijo. Ha cumplido su palabra.

Javier Gómez Noya acumula un palmarés marcado por la regularidad en la actual campaña. Ganó en Yokohama y Estocolmo Fue segundo en Auckalnd, Ciudad del Cabo, Hamburgo, Edmonton y Chicago. Tercero en la Gold Coast. El gallego ha visitado los cinco continentes y en todos ellos ha estado en el podio. Pocos pueden presumir de ello.

Ahora le queda un nuevo desafío: ganar la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro el próximo año. La plata de Londres fue algo "magnífico", según sus propias palabras, pero le queda llegar a un cumbre todavía más alta. También le queda el ganar el Premio Princesa de Asturias, algo que muchos reclaman ya como merecido. Ambicioso, tenaz y constante, Javier Gómez Noya se entrena de manera habitual en Pontevedra. Es uno de sus lugares preferidos. Esta semana, convertido en héroe deportivo por sus logros, también visitará Vigo.